Formalmente es una visita de trabajo para apoyar el euro, seguida de un encuentro con un centenar de empresarios de los dos países para fomentar las relaciones bilaterales hispano-alemanas, en la que el gobierno español intentará convencer de lo positivo que es invertir en España.
Según datos de Moncloa, Alemania es el principal suministrador de mercancías a España y el segundo cliente, por detrás de Francia. Las principales exportaciones españolas hacia Alemania, que fueron de unos casi 22.000 millones de euros, fueron de automóviles y sus componentes, productos químicos, y productos hortofrutícolas. En cuanto a las importaciones, que supusieron casi 31.000 millones de euros, destacan los de automóviles, productos químicos y farmacéuticos y otros bienes de equipo.
Pero Merkel y Rajoy se harán también la foto en solitario, en un momento en el que el gobierno español tiene pendiente una decisión para pedir ayuda financiera a la UE y el gobierno alemán necesita un ejemplo claro para demostrar que las políticas de austeridad que pregonan tienen éxito y, sobre todo, dan resultados.
Escucharemos de los dos líderes su apuesta común por la irreversibilidad del euro, pero ambos estarán más pendientes de lo que esté decidiendo a esa hora el consejo de gobierno del Banco Central Europeo. El calendario ha querido que coincidan en el mismo día las dos citas, que resultan de vital importancia para los dos mandatarios. Para Rajoy, porque necesita a toda costa reducir los gastos de financiación del país, esa prima de riesgo que ya este miércoles ha bajado de los 500 puntos ante la perspectiva de que el BCE cumpla las expectativas levantadas por su presidente, Mario Draghi, de ayudar a los países en dificultades.
Para Merkel, y ahí está la paradoja del encuentro, porque tanto el Bundesbank como su propio gobierno se oponen a que el BCE compre deuda soberana de los Estados de la eurozona, con la excusa de que eso relajaría el cumplimiento de los recortes que Berlín considera necesarios para garantizar la estabilidad de la eurozona.
En esa contradicción se encontrará la canciller alemana en Madrid. Pero dando por hecho que las noticias del BCE serán positivas para España, llega la segunda parte. Lacontrapartida es que Rajoy pida el rescate blando a la UE, es decir, un programa de ayuda financiera al Fondo de Estabilidad Europeo. Muy posiblemente, la entrevista se centrará en cómo, cuándo y con qué condiciones se hará.