«Rusia hará todo lo que de ella dependa para que el conflicto en Ucrania pase de su actual fase militar a una fase de debate en una mesa de negociaciones con medios pacíficos y diplomáticos», aseguraba Vladimir Putin en un mensaje publicado en su página web esta madrugada. El presidente ruso recordaba además, que desde Moscú han hecho varios llamamientos «a las partes beligerantes», para que pongan fin de inmediato «al derramamiento de sangre».
Para el presidente del Kremlin, acontecimientos «horribles y trágicos», como el sucedido con el MH17, «no deberían desunir a la gente, sino unirla». Ha aprovechado la ocasión para recordar que no se hubiera producido la tragedia si el 28 de junio no se hubiesen reanudado las acciones militares en Donetsk, aunque ha recalcado que nadie tiene derecho a aprovechar esta tragedia para lograr objetivos políticos, que ha calificado de «egoístas».
Durante su intervención Putin ha destacado que «es necesario que todas las personas que responden por la situación en la región eleven su responsabilidad ante su propio pueblo y ante los países cuyos ciudadanos murieron en esta catástrofe». Además, ha hecho un llamamiento para que se abran pasillos seguros que permitan a los expertos internacionales investigar la tragedia en el lugar del siniestro.
Respuesta a la presión internacional
Las palabras de Putin podrían responder a las críticas internacionales por su presunta responsabilidad en lo sucedido en Donetsk. La alocución del presidente ruso se producía horas después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidiera «una investigación internacional independiente» para esclarecer quién derribó el avión.
Este fin de semana el presidente francés, François Hollande, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, David Cameron, también han exigido a Rusia que garantice el acceso «libre y total» a la zona de la catástrofe. «Si Rusia no toma inmediatamente las medidas necesarias, la Unión Europea sacará las consecuencias», advertían desde la presidencia francesa en un comunicado, en clara alusión a las medidas que podría tomar el Consejo de Exteriores este martes en Bruselas. Desde Alemania aseguran que por el momento no contemplan enviar una misión de cascos azules a la zona y que esperan que la misión de observadores de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) sea suficiente para lograr una solución al conflicto.
El primer ministro Australiano, Tony Abbot, por su parte, considera que Putin ha dicho «lo correcto» pero se ha mostrado cauto ante sus palabras, al entender que ahora tendrán que demostrar que «es tan bueno» como sus palabras. Abbot también mostraba su preocupación porque los separatistas sigan teniendo acceso al lugar donde se estrelló el avión.
Tras las palabras de Putin, Ucrania ha mostrado su voluntad de ceder la coordinación de las investigaciones a los Países Bajos. «En lo que se refiere a las autopsias y a los exámenes forenses, en Ámsterdam se encuentra una de las clínicas más desarrolladas del mundo, y el Gobierno ucraniano está dispuesto a transportar todos los cuerpos allí», aseguraba el primer ministro ucraniano, Arseni Yatsenik. El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha ordenado además un alto el fuego en un radio de 40 kilómetros alrededor del lugar del siniestro en el que el pasado jueves murieron 298 personas.
Horas después del mensaje de Putin los expertos internacionales lograban acceder hasta el lugar del siniestro. Han inspeccionado los vagones en los que los separatistas prorrusos han hacinado los cadáveres, que aseguran que se encuentran en avanzado estado de descomposición.