Pruebas del negocio ilegal con el atún rojo

Un informe de World Wide Foundation (WWF) dice que, entre 2000 y 2010, se comercializaron unas 19.000 toneladas de atún rojo en peso vivo vía Panamá sin que fueran declaradas a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT). En el negocio ilegal están implicadas empresas de España e Italia, entre otras. WWF insta a la UE a que abra una investigación.

Lonja de atún en Japón
Lonja de atún en japón/ Foto: YouTube

WWF hace un llamamiento a ICCAT, a los países identificados en el estudio y a la UE, para que pongan en marcha una investigación seria que permita bien descartar o bien refrendar las sospechas de actividades ilegales que se apuntan en el estudio.

El informe se ha basado en datos oficiales de comercio y de aduanas por los que se ha descubierto que durante una década se comercializaron 14.327 toneladas de atún rojo, lo que equivale a 18.704 toneladas de pescado vivo.

Este pescado no declarado se exportó a Panamá desde países de la cuenca mediterránea, como España, Italia, marruecos, Túnez y Turquía. Desde Panamá se envía a Japón. En lo que respecta a España las anomalías se detectaron únicamente para el año 2004.

El momento de mayor negocio fue en 2003 y 2004 con cantidades de entre 3.000 a 4.000 toneladas al año. La práctica ha continuado hasta 2010 pero en menor cuantía. Raúl García, coordinador de pesquerías de WWF España, dice que «Si se confirma esta información, estaríamos hablando de pesca ilegal, no declarada y no regulada según las normas de la FAO de Naciones Unidas y estaría equiparado con un delito ambiental».

Todos los países que se mencionan en el estudio eran miembros de ICCAT en el momento en el que realizaban las operaciones ilegales. Las normas de ICCAT del momento denunciado señalan que cualquier operación comercial internacional relacionada con el atún rojo tenía que estar debidamente declarada, para permitir que sus datos se pudieran cruzar con los de captura.

El comercio no declarado de atún rojo a través de Panamá, que no fue registrado por las aduanas de ese país, pudo haber tenido lugar sin necesidad de que el pescado fuera físicamente embarcado en Panamá. Simplemente, buques de transporte con la bandera del país y compañías intermediarias con base allí podrían haber mediado entre los países productores y el mercado final en Japón.

«Es la primera vez que se analiza un caso así y probablemente se trata de la punta del iceberg. Finalmente, hemos conseguido las pruebas de una situación que era conocida desde hace muchos años por el propio ICCAT», apunta Raúl García. Y continúa: «Tenemos serias sospechas de que la pesca y el comercio ilegal sigue siendo una amenaza para la recuperación del atún rojo. Por esta razón, WWF pide que no se aumenten sus cuotas de pesca, siguiendo las recomendaciones científicas, y que se eliminen este tipo de prácticas».

Según el ICCAT, las actividades de pesca ilegales, no declaradas y no reguladas de atún rojo, conocidas por sus siglas en inglés como IUU, tuvieron su pico máximo en 2007. Ese año se capturaron unas 61.000 toneladas, lo que suponía más del doble de la cuota establecida. Hay consenso acerca de que las capturas recientes se han reducido significativamente, pero aún se desconoce la cantidad real de pescado que se sigue capturando.

La próxima reunión anual de ICCAT tendrá lugar en Agadir, Marruecos, del 12 al 19 de noviembre. WWF pide a ICCAT que sigan el consejo claro de los científicos y que no incrementen el total de capturas permitidas actualmente (TAC) para los próximos tres años (estipulado en 12.900 toneladas) con el objetivo de asegurar la recuperación del stock.