El ministerio de Industria ha tenido que enviar urgentemente técnicos a Vinaròs (Castellón) para que estudien si la serie de terremotos de baja intensidad que están preocupando a la población del Levante español tienen su origen en la planta marina de almacenamiento de gas – Castor- situada a 22 kilómetros del litoral y que comenzó a funcionar en el mes de junio.
Este miércoles hasta primeras horas de la tarde se habían registrado 10 terremotos leves, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que lleva contabilizados más de 300 durante el mes de septiembre. La alarma ha aumentado con un terremoto de 4,2 grados de magnitud en la escala Richter este martes y de 3,9 el lunes.
La alarma ha sido tanta que el ministerio suspendió la actividad de la planta el 16 de septiembre, aunque los movimientos sísmicos no han cesado. El proyecto Castor aprovecha un antiguo pozo petrolífero a más de 1.700 metros bajo el fondo marino para almacenar gas.
El pozo está conectado a una plataforma marina, de la que parte un gasoducto que va al sistema de distribución nacional. «Una actividad absolutamente regulada» según la empresa gestora Escal UGS, que dice que cumplen todas las normas del ministerio de Industria.
El alcalde de Vinaròs, Juan Bautista Juan Roig, el de Benicarló, Marcelino Domingo y el de Peñíscola, Andrés Martínez, se mantienen a la expectativa de los resultados de la inspección de los técnicos. Han comparecido en rueda de prensa este miércoles y a la pregunta de si en el proyecto de viabilidad que la empresa realizó figuraba un estudio sismológico, el alcalde de Vinaròs afirma que ha consultado la documentación existente en su Ayuntamiento y «ni con anterioridad ni en la consulta que hoy he realizado con los técnicos se planteaba alguna vinculación de actividad sísmica derivada del propio proyecto».
La organización Ecologistas en Acción afirma que «están actuando a ciegas en el subsuelo» y asocia los terremotos a la actividad de almacenamiento de gas. Afirma que a pesar de los muchos conocimientos que se tienen sobre el subsuelo y que se han conseguido, entre otras cosas, gracias a la geología del petróleo «existen importantes lagunas científicas acerca de física de los sólidos y el comportamiento tectónico de los materiales confinados en el subsuelo».
Como ejemplo se refieren a los movimientos sísmicos asociados al fracking, para obtener gas almacenado bajo tierra en las rocas. «Estas operaciones han revelado que el comportamiento de las rocas en el subsuelo está lejos de ser comprendido y menos aún que pueda controlarse los efectos derivados de los cambios que provocamos en las características físico-químicas del subsuelo.
El proyecto Castor ha sido el primero elegido por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para poner en marcha sus «bonos-proyecto» que sirven para financiar infraestructuras clave en sectores como el transporte o la energía.