La Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) ha anunciado que «se suma a la prohibición de todos los vuelos programados con este tipo de aparatos». La única compañía europea que dispone de estos aviones es la polaca LOT, que ayer realizaba el viaje inaugural entre Varsovia y Chicago. Hoy ha tenido que dejarlo en tierra y ha anunciado que pedirá compensaciones.
Este paso se da después de que las dos aerolíneas japonesas que poseen aviones de ese modelo suspendieran el miércoles los vuelos de este modelo tras el último incidente, que provocó un aterrizaje de emergencia por el fallo de una batería.
La Autoridad Federal de Aviación estadounidense (FAA) quiere revisar «el potencial riesgo de fuego asociado a las baterías del 787» antes de que nuevos aviones comerciales de ese modelo de Boeing sigan volando. Según el comunicado de la FAA, las aerolíneas deberán «demostrar que las baterías son seguras y cumplen con las regulaciones de seguridad».
Las autoridades de aviación temen que «si no se corrigen los fallos de las baterías podrían resultar en daños a sistemas y estructuras vitales y en un potencial incendio del compartimento eléctrico». La agencia estadounidense ha comentado que trabajará con la compañía y las líneas aéreas para desarrollar un plan de acción correctivo que permita a la flota de 787 reanudar las operaciones con total seguridad y lo más rápido posible.
La orden de la autoridad estadounidense deja en tierra seis aviones de United Airlines, igual número que en India (donde pertenecen a la aerolínea Air India). En Europa, la paralización afecta a la Lot Polish Airlines y en Chile, a tres aviones de LAN Chile, mientras que Japón es el país con mayor número de aparatos parados: 25, pertenecientes a las aerolíneas Japan Airlines y All Nippon Airways.
Pese a estas decisiones, que presionan aún más la situación económica de la empresa, la dirección de Boeing se ha mostrado «confiada» en la «seguridad» de sus 787. «Vamos a tomar todas las medidas necesarias en los próximos días para asegurar a nuestros clientes y viajeros la seguridad de estos aviones y para que reanuden su servicio», ha explicado en un comunicado el consejero delegado de Boeing, Jim McNerney.
El Boeing 787 Dreamliner, que realizó su primer viaje en octubre de 2011, es un avión de pasajeros bimotor de fuselaje ancho con 250-330 asientos y un alcance de hasta 16.299 kilómetros. Es la primera aeronave comercial que usa un 50% de materiales compuestos a partir de fibra de carbono, lo que le permite ahorrar un 20% del combustible en comparación con modelos similares, aumentar las ventanillas y mantener en el interior una presión equivalente a 1.800 metros, y no 2.400 metros como en otros aviones. El coste por milla y asiento es un 10 por ciento inferior a otras aeronaves, pesa 45 toneladas menos que su competidor europeo Airbus A330-200 y el ruido durante el despegue y el aterrizaje es un 60 por ciento inferior.
La corporación Boeing recibió pedidos de 865 aviones Dreamliner para 56 de aerolíneas del mundo, aunque muchos de ellos todavía no se han entregado, ya ante estos imprevistos sufrirán retrasos.