El Estado de Baviera tiene los derechos de publicación de Mein Kampf hasta 2015, 70 años después de la muerte del Führer. No es un libro ilegal en Alemana, pero Baviera ha impedido hasta ahora su difusión. Sus autoridades aseguran que los derechos le fueron transferidos en 1945 por los aliados con el mandato de impedir la publicación de todo lo que fuera susceptible de convertirse en propaganda nazi.
La editorial Alberta Ltd. de Londres había preparado y anunciado la venta de extractos de Mein Kampf en una edición comentada, como suplemento de la revista Zeitungszeugen, fácsimil de diarios nazis. El ministerio de Finanzas de Baviera presentó una demanda alegando que la publicación vulnera las leyes de propiedad intelectual.
Ante la amenaza de bloqueo por las autoridades bávaras, el editor Paul Glee buscó una solución de compromiso: publicar el primer fascículo de los fragmentos de forma ilegible, con el texto original desenfocado y los comentarios. La Audiencia de Múnich finalmente ha prohibido el lanzamiento por el procedimiento de urgencia.
El editor británico Peter McGee había previsto una tirada inicial de 100.000 ejemplares en un suplemento al que seguirían otros dos. Dice que se trataba de un proyecto de investigación sobre el nazismo y que quería demostrar que se trata de un extremadamente malo. «La perspectiva alemana y la británica no tienen porqué coincidir. Si algo no te gusta, no hay que esconderlo y esperar que desaparezca», dice McGee.