El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, ha decretado prisión incondicional para el pederasta Daniel Galván, al que Marruecos revocó el indulto al conocer que era un pederasta condenado a 30 años de prisión.
Tras tomar declaración a Galván, el juez ha decretado prisión incondicional por riesgo de fuga y por la gravedad de la pena que se le había impuesto en Marruecos y de la que le quedan por cumplir 27 años, 3 meses y 27 días.
El juez considera que «carece de arraigo, familiar, social, económico o de otro tipo que neutralice la tentación de ponerse fuera del alcance» de la Justicia. Por su parte Galván se ha negado a ser extraditado a Marruecos aduciendo su arraigo en España donde dice tener amistades y una casa en Torrevieja (Alicante).
Daniel Galván, no es de origen español, nació en Iraq y adquirió la nacionalidad tras casarse con una mujer española de la que está divorciado. Al parecer ha residido sobre todo en Iraq y en España, pero también en otros países como Egipto, Siria, Jordania, Reino Unido o Marruecos.
El de Galván es un tema complicado tanto desde el punto de vista judicial como del diplomático que no tiene precedentes en España donde los indultos son irrevocables. Altos cargos expertos juristas de los ministerios de Justicia de España y Marruecos, se reunirán en Madrid este martes para buscar una solución viable y fijar los pasos a seguir.
En el caso de que se inicie un proceso de extradición Marruecos deberá remitir a España en un plazo de 40 días toda la documentación relativa a la revocación del indulto. A continuación el Consejo de Ministros español tendrá otros 40 días para pronunciarse, un fallo que se puede recurrir. El convenio existente entre España y Marruecos no contempla la extradición de ciudadanos nacionales.