En el estadio de Kabul los talibanes ejecutaban a sus víctimas. Ahora Sadaf Rahimi entrena. Con 18 años es la única boxeadora afgana que compite, y lo hace en Londres, a pesar de las críticas de sus vecinos y de las amenazas a su padre por consentirlo. Las iraníes compiten tapadas, tienen que ir completamente cubiertas siempre que en el estadio haya un hombre: sea un juez o un espectador. Así que una de ellas ha tenido que cambiar la gimnasia y las mallas, por el tiro. Arabia Saudí rompe el hielo este año enviando a dos mujeres. Pero en su país las escuelas públicas no imparten educación física a las niñas, muchas entrenan clandestinamente y los clérigos más influyentes dicen que el deporte femenino es cosa del diablo. La judoca Wojdan Shaherkani se ha convertido en la primera mujer de ese país que compite en unos Juegos Olímpicos. Y lo mismo le ha ocurrido a la atleta catarí Noor Hussain Al-Malki. Las dos han competido en Londres por invitación del COI. Lo de menos ha sido su efimera participacion. Están en los Juegos y eso es lo importante.
Hay muchas maneras de hacer historia en unas olimpiadas. Y la de Ghada Hassine, tunecina de 19 años, ha sido convertirse en la primera mujer que compite cubierta, en levantamiento de peso. Hasta el año pasado, las reglas impedían participar con los brazos y las piernas cubiertas pero en 2011 la federación Internacional de halterofilia las cambió para que las mujeres musulmanas pudieran estar en Londres. El presidente del COI, Jacques Rogge, destacó en su discurso de inauguración que todos los equipos tuvieran representación femenina. Son el 46 por ciento del total de los atletas.
Pero además, la ceremonia fue un triunfo para la mujer, por la cantidad de atletas presentes en el desfile, muchas de ellas abanderadas. En Los Ángeles 1984, por primera vez una mujer de un país islámico se colgaba una medalla olímpica. Nawal El Moutawakel ganó los 400 metros valla y se convirtió en una heroína en Marruecos. Tanto, que el rey decretó que las niñas nacidas ese día se llamarían Nawal. Pero la carrera empezó mucho antes, en Berlín 1936, cuando dos musulmanas compitieron en el equipo de esgrima de Turquía. No hace tanto, en Barcelona 92, el mundo aplaudía que Sudáfrica, terminado ya el apartheid, volviera a unas olimpiadas con atletas negros y blancos... en aquella ocasión, hace solo 20 años, 35 países solo competían con hombres...
Estos JJ.OO son los primeros en los que hay mujeres en todas las delegaciones, aunque casi todas ellas, con salarios y primas inferiores a los de sus compañeros hombres, de su mismo país.