Diktat. Ése es el término que utiliza la Confederación europea de sindicatos (CES) para definir la actuación de los miembros de la Comisión Europea ante los agentes sociales de Irlanda y Grecia, países sometidos al rescate de la UE, para reducir salarios, pensiones y rigideces del mercado laboral.
El Secretario General de la CES, John Monk, ha dirigido una carta al comisario de Asuntos Económicos, Olli Rhen, en el que le pide aclaraciones sobre estas denuncias y recuerda que la Comisión no tiene competencias en estas materias, según los Tratados de la UE, y que la autonomía debe ser total para los agentes sociales.
Los informes que le han llegado a la CES desde Irlanda y Grecia hablan de la injerencia de la Comisión Europea en las reuniones sobre el diálogo social y en la negociación colectiva, con el fin de recortar el salario mínimo y las pensiones y conseguir un mercado laboral más flexible.
John Monk considera que se trata de un ataque a la Europa social que contrasta con la actitud relajada de Bruselas y de no interferencia en otros asuntos como los bonus de los ejecutivos de banca.
La CES teme que esa presión sobre las condiciones de la Europa social desde la Comisión se extiendan a toda la zona euro y advierte de que, en esas circunstancias, los sindicatos europeos no podrán apoyar la acción de la UE sobre la gobernanza económica.
Este miércoles está previsto que se presente el llamado Semestre Europeo, una de las principales bazas previstas por la UE para coordinar las políticas económicas de los 27 y evitar los desvíos presupuestarios nacionales.