El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, ha dicho que «el futuro de Ucrania está en la Unión Europea» y que el tiempo juega en contra de los intereses de Rusia. Los ministros de exteriores de Alemania y Francia se han reunido con la oposición que ha dicho que quieren «algo más que apoyo verbal y piden sanciones contra el gobierno». Durante toda la mañana han circulado rumores de que Kiev iba a declarar el estado de urgencia, la diplomacia francesa ha calificado esta posibilidad de «inaceptable».
El secretario de estado norteamericano, John Kerry ha dicho que «Estados Unidos y la Unión Europea están al lado del pueblo ucraniano en su combate» para acercarse a Europa. Kerry ha añadido que «los ucranianos consideran que su futuro no depende de un solo país». Es la primera vez que Washington apoya de una forma tan contundente a la oposición.
Rusia ha ironizado sobre la situación calificándolo de un circo. El ministro ruso de exteriores, Sergei Lavrov, ha pedido a estadounidenses y europeos que no critien al gobierno y condenen la violencia de los manifestantes.
Pero el tema que ha «horrorizado» a la diplomacia occidental, ha sido las denuncias de malostratos a un opositor, Dimytro Bulatov, ingresado en un centro hospitalario y al que el gobierno acusa de haberse inventado una historia de secuestros y ataques, y al que tiene previsto presentar una orden de arresto domiciliario.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se ha mostrado «profundamente alarmada por la violencia y los casos de intimidación y tortura» sufrida por Bulatov que reapareció el jueves con signos de violencia, como navajazos en el rostro, y cortes en una oreja. Ashton ha anunciado que regresará a Kiev en los próximos días para ayudar a encontrar una solución a un conflicto que dura más de dos meses, en el que han muerto cuatro personas y hay otros 500 heridos. También se habla de más de 30 desaparecidos.