Los ministros de exteriores de la UE han pedido al nuevo presidente egipcio que garantice la separación de poderes y asegure la participación de la sociedad civil en la política. También se muestran preocupados por la tensión entre Siria y Turquía, y reclaman «contención» a Ankara.
La UE han recibido con satisfacción la elección de Mohamed Morsi como nuevo presidente de Egipto y considera este paso un hito en la transición democrática del país. El Consejo de exteriores ha felicitado al pueblo egipcio por el desarrollo pacífico de las elecciones y destaca el compromiso de Morsi de formar un gobierno con un «enfoque inclusivo» en el que se represente la diversidad del país.
El nuevo presidente egipcio es un gran desconocido en la política internacional. Poco carismático, el líder del «Partido de la justicia y la libertad», brazo político de los «Hermanos Musulmanes», ha sido hasta ahora un hombre discreto del que se desconocen sus líneas ideológicas. Ashton no ha hecho ninguna mención a las declaraciones de Morsi de ampliar sus relaciones con Irán para crear un «equilibrio» estratégico en la región. Ambos países rompieron relaciones oficiales en 1980, tras el triunfo de la Revolución Islámica en Irán y, posteriormente cuando Egipto reconoció el estado de Israel.
El Mediterráneo oriental vive un momento convulso, que preocupa a Bruselas y a los países de la región. Especialmente por el aumento de la tensión entre Siria y Turquía, después de que el viernes las defensas antiaéreas sirias derribaran un avión militar turco, al parecer, en aguas internacionales. La Alta Representante de Política Exterior, Cahterine Ashton, ha descartado una respuesta militar de la OTAN y reclama «contención» a Ankara. Ashton ha mantenido contactos con el ministro de exteriores turco, Ahmet Davutoglu, para analizar la crisis.
La tensión entre ambos países puede subir un peldaño más, tras conocerse que en las últimas horas ha entrado en Turquía unas 200 personas, entre las que se encuentran un general, dos coroneles, varios oficiales y unos 30 soldados sirios. Actualmente hay unos 13 generales desertores en suelo turco. A ellos hay que añadir más de 33.000 refugiados en las provincias límitrofes entre ambos países.
Turquía antiguo aliado del regimen de los Assad rompió relaciones tras la represión ejercida por Damasco con los movimientos de oposición al gobierno, en marzo del año pasado. El secretario general de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) ha alertado sobre las repercusiones que puede tener el conflicto en toda la región. También el ministro de exteriores iraquí ha expresado su preocupación de que Damasco esté intentando exportar la crisis interna al exterior lo que según Hoshiyar Zebari, sería muy peligroso, por la complejidad y la diversidad interreligiosa e intercultural que existe en la zona. Este fin de semana Siria bombardeó unas poblaciones cercanas a la frontera con Iraq.
Sobre la situación interna de Siria, la responsable de exteriores de la UE ha descartado, de nuevo, una acción militar e insiste en que hay que «intentar crear las circunstancias para que la oposición pueda reunirse». El sábado regresaba a Damasco el jefe de la misión de la ONU, el general Mood, aunque sin un mandato concreto. Es decir, que de momento, los cascos azules no saldrán a la calle.
La Unión Europea ha adoptado este lunes un serie de sanciones contra el regimen de Bachar Al-Assad, entre las que se congelan los haberes de cinco empresas, se amplía la prohibición de concesión de visados a altos cargos del gobierno sirio y se prohibe que las aseguradoras cubran los envío de armas a ese país. Este fin de semana un carguero ruso que transportaba helicópteros de ataque Mi-25 a Siria, tuvo que regresar desde Escocia al puerto de Murmansk, porque la aseguradora británica Standard Club, había anulado el seguro. La UE ya ha impuesto quince series de sanciones en un año.