Felipe VI, presidente de honor de la fundación, ha insistido en la necesidad de buscar y encontrar «soluciones innovadoras contra la pobreza». Alternativas como las que propone el proyecto Aulas Fundación Telefónica, distinguido con el Premio a la Empresa Solidaria.
«Estamos convencidos de que la educación es la clave para sacar a los niños de la pobreza», ha asegurado Cesar Alierta, presidente de la compañía. Y es que gracias a este proyecto, cuya finalidad es conseguir que niños y niñas en situación de vulnerabilidad adquieran competencias y conocimiento en el entorno digital, han conseguido que 8.000 escuelas latinoamericanas estén ahora totalmente digitalizadas. «Todos los niños y los profesores tienen una tableta y acceso a las nuevas tecnologías», ha destacado Alierta.
También proyectos solidarios como el que propone SEUR, ganador del Premio al Voluntariado Corporativo. En 2011 puso en marcha la iniciativa Tapones para una nueva vida, con el objetivo de ayudar a que niños sin recursos pudieran acceder a tratamientos médicos gracias a la recogida de transportes. «Somos conscientes de que cuidar a las personas es tan urgente como que los paquetes lleguen a tiempo», ha explicado Yves Delmas, presidente de la empresa. Tanto es así, que en estos años ya han conseguido ayudar a 91 niños españoles con enfermedades graves, que pertenecen a familias que no pueden costearse tratamientos específicos no cubiertos por la Seguridad Social.
Una labor para el crecimiento
En su discurso, don Felipe ha destacado la «importante labor» que llevan a cabo todos los premiados. «Generar oportunidades de crecimiento económico es una medida clave para que las personas puedan fomentar sus capacidades y crear sus propias soluciones ante la pobreza», ha asegurado.
Eso es precisamente lo que hace el banco venezolano Banesco, Premio a la Innovación Social de la Empresa. Más de 11.300 microempresarios se han beneficiado de su programa de formación. Según explica Juan Carlos Escotet, presidente del Grupo Banesco, el objetivo es que los microempresarios, habitualmente excluidos de los sistemas de financiación tradicionales, adquieran formación en el manejo de herramientas administrativas, de genercia, tecnológicas y de mercado, de manera que sean capaces de poner en marcha sus proyectos emprendedores.
La fundación tampoco se olvida de lo que las pymes pueden aportar a su causa. Por ello todos los años reserva un galardón para pymes solidarias. El reconocimiento este año ha sido para Focus on Women, una agencia de viajes especializada en turismo responsable. El jurado ha destacado su iniciativa Fow solidaria, centrada en recaudar fondos para proyectos sociales en países en desarrollo, pensando especialmente en las mujeres. Alice Fauveau, CEO y fundadora, ha recordado que ellas son el colectivo más desfavorecido: «El 70% de los que viven bajo el umbral de la pobreza son mujeres, el 73% de las analfabetos del mundo llevan nombre de mujer y la ONU denuncia que una de cada tres, sufrirá algún tipo de violencia».
«La crisis y la pobreza, en cualquier lugar del planeta, afectan particularmente a las comunidades más vulnerables y desfavorecidas», ha lamentado don Felipe. «Ayudar a los demás es siempre un momento de ánimo, de visión positiva y constructiva del mundo y de la realidad, aún a pesar de la infinidad de problemas, escaseces, dificultades y necesidades con las que os enfrentáis a diario». El monarca ha querido además destacar la labor que tiene el periodismo para dar a conocer todas esas iniciativas que consiguen cambiar, aunque solo sea un poco, la difícil situación de las zonas más desfavorecidas del mundo.
El galardón al Periodismo para el Desarrollo ha sido para Francisco Carrión de El Mundo, por el reportaje «La española que cambio un pueblo de Alto Egipto». En él quiso contar la historia de Adela Blanes, una religiosa que ha conseguido erradicar la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil en una comunidad recóndita del país de los faraones.
privada
En su intervención don Felipe ha hecho hincapié en la necesidad de fomentar las alianzas público-privadas para desarrollar proyectos que ayuden a erradicar la pobreza, porque «puede generar tanto beneficios económicos como sociales en las comunidades en las que opera». A este respecto ha ensalzado la labor de Codespa, ya que desde sus orígenes ha considerado a las empresas como un «aliado principal» para poner en marcha sus proyectos. «Son 30 años desarrollando proyectos complejos que generan un impacto sostenible y mesurable en las comunidades más necesitadas y que se traduce en una clara mejora de las condiciones de vida para muchas personas».
Manuel Hernando Prat de la Riba, presidente de la fundación ha recordado que en estas tres décadas, Codespa ha puesto en marcha más de 1.000 proyectos en 33 países, con el objetivo de «ayudar a miles de personas para que vivan en unas mejores condiciones de vida». Además ha aprovechado para anunciar la creación de un Observatorio Empresarial contra la pobreza, destinado a la promoción de la responsabilidad social corporativa para el desarrollo. Según ha explicado, el objetivo es «que aumente el número de proyectos sostenibles capaces de generar beneficios económicos y sociales en las sociedades más necesitadas».
La entrega de los premios Codespa también ha contado con la presencia de José Ignacio González-Aller Gross, director general de la fundación y de la presidenta de la Fundación del Pino, María del Pino. En su XVIII edición, estos galardones también han querido destacar la labor de los finalistas, que este año han sido la Fundación Odesa, por su iniciativa Construcción y mantenimiento de guarderías y pozos en Malawi; Konecta y DKV Seguros por La primera carrera de Formación profesional en Contact Center de la Universidad de Pachacutec, para jóvenes sin recursos en Perú; el proyecto Canal Voluntarios del Canal de Isabel II y el reportaje «Vivir sin agua en el planeta azul», de Nuria Mejías y José Luis Fernández para Informe Semanal de Televisión Española.