No tiene remuneración económica, tan sólo el prestigio de ser el mejor inventor europeo del año. La Oficina Europea de Patentes (EOP) concede estos galardones para incentivar la innovación entre científicos y empresarios europeos. No se premia a los recién llegados con inventos que no salen del laboratorio, sino a quienes demuestran que su invento se convierte en producto comercializado en el mercado y con resultados.
Doce inventos de nueve países, y en cuatro categorías, han llegado este año a la final y los premios se han concedido este miércoles en Madrid. Los príncipes de Asturias han presidido el acto, en uno de los hoteles más modernos de la ciudad, con aires de gala comercial. Don Felipe ha agradecido la labor de los premiados y ha dicho que «vivimos tiempos de crisis cuya salida reclama más que nunca reforzar los cimientos tecnológicos y formativos de nuestro tejido productivo...Animo a proseguir con el esfuerzo de reconocimiento y estímulo a la capacidad de invención como motor esencial para promover el liderazgo de Europa en materia de innovación.»
En la categoría PYME/sostenible, se ha premiado a los alemanes Jürgen Pfitzer y Helmut Nägele, por haber desarrollado la madera líquida Arbofom, con la que se obtiene un plástico moldeable y biodegradable que se usa ya en la industria automovilística, entre otras.
Albert Markendof, de Suiza, y Raimund Loser, de Alemania, se han llevado el premio en la categoría de industria por inventar un sistema de escaneado y medición tridimensional que –dicen- ha revolucionado la técnica de medición industrial.
En la categoría de Países no europeos, se ha reconocido el trabajo de Sanjai Kohli y Steven Chen, de Estados Unidos, responsables de desarrollar chips baratos y económicos que han permitido incorporar el sistema GPS a los teléfonos móviles. También ha habido premio para Bem Wiens y Danny Epps, de Canadá, quien han conseguido un importante éxito comercial con pilas de combustible electroquímicas, en lugar de combustibles fósiles.
Además hay una categoría, que es el Reconocimiento a toda una vida. Este año se ha premiado al alemán Wolfgan Krätsmer, que ha desarrollado una línea de investigación totalmente nueva en física, un procedimiento para la fabricación de un nuevo tipo de moléculas de carbono.
El inventor español Jorge Blasco ha sido finalista en la categoría de Pymes. Con su empresa DS2 ha desarrollado una tecnología innovadora que permite conectarse a Internet a través de la toma de corriente convencional. Hoy, Blasco decía confiar en que el premio ayude a la promoción de su empresa que, a pesar de haber conseguido un importante nivel de ventas internacional, ahora vive los efectos de la crisis. «Es un gran honor, lo colgaremos en nuestra web y espero que los clientes compren más, pero me cabe la duda».
En el acto se ha echado de menos al ministro de Industria, representado por la subsecretaria, Amparo Fernández, y al comisario europeo de Industria, Antonio Tajani, quien sólo ha enviado un mensaje que se ha entregado a los periodistas en el acto. «Son invenciones cruciales para la humanidad y para modelar el mundo moderno. Su espíritu innovador contribuye a crear puestos de trabajo en Europa y a consolidad la competitividad». euroXpress