El gobierno portugués ha iniciado los trámites para solicitar la ayuda financiera de la Unión Europea ante los graves problemas de deuda que atraviesa el país. El primer ministro en funciones, José Sócrates, ha dicho que «siempre encaré un pedido de ayuda externa como último recurso, pero hemos llegado al momento en que no tomar esa decisión acarrearía riesgos que el país no debe correr».
Tras un consejo de ministros de urgencia, Sócrates ha hecho el anuncio que los mercados y los socios comunitarios daban por hecho desde hace meses y más en las últimas semanas, cuando Portugal ha llegado a pagar intereses de su deuda al 10%, 3 puntos más de lo que el ministro de Economía había fijado como límite tolerable. Todas las agencias de rating han bajado estos días la calificación del bono portugués al borde de lo que se llama bono basura.
«Esta situación se volvió una amenaza real para la financiación de la República, de nuestro sistema bancario y de la economía», ha dicho el dimitido primer ministro, quien asegura también que la crisis política por la que ha atravesado el país ha agravado la situación. «Fue la señal más equivocada que el país podía haber dado a los mercados financieros».
Ante una situación que considera inevitable, Sócrates se ha comprometido a negociar con la UE de forma que tenga los menores costes posibles para Portugal y los portugueses. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker cifró la ayuda que necesitaría Portugal en 75.000 millones de euros.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha dicho que responderá a la petición de rescate lo más rápidamente posible y ha reafirmado su confianza «en la capacidad de Portugal para superar las actuales dificultades con la solidaridad de sus socios». El Comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha dicho que la solicitud de Portugal es una medida responsable para estabilizar la situación en el país y en Europa.
Los ministros de Economía de la UE estudiarán la petición portuguesa el próximo viernes en la reunión prevista en Budapest. El mecanismo provisional de estabilidad financiera, ahora en vigor, cuenta con 250.000 millones de euros de capacidad real para préstamos, de los que solo se han usado 17.700 millones para Irlanda. El resto del rescate irlandés hasta 85.000 millones lo aportó el Fondo Monetario Internacional, las garantías del presupuesto de la UE y las aportaciones de Reino Unido, Dinamarca y Suecia.
Portugal es el tercer país de la moneda única que tiene que ser rescatado por los socios europeos, tras Irlanda y Grecia.