La decisión se tomó en un consejo extraordinario de ministros, tras el cual se anunció la decisión del Ejecutivo luso: «Podemos hacer esta elección porque el programa está en el buen camino para su término y colocó a Portugal en el rumbo de la estabilidad financiera y de la competitividad», afirmó el dirigente conservador luso durante su comunicación al país, que fue transmitida en directo por las televisiones nacionales.
Los bajos intereses de la deuda portuguesa, el «éxito» del paulatino regreso a los mercados, la recuperada la credibilidad de Portugal entre sus socios europeos y los mercados, así como un margen presupuestario de un año fueron las razones esgrimidas por Coelho para tomar esta decisión, similar a la llevada a cabo por Irlanda el pasado mes de noviembre. En estos momentos, el bono portugués a 10 años tiene un interés de un 3,6 por ciento, muy lejos del 10,6 por ciento que presentaba cuando solicitó el rescate.
La austeridad continúa
El 17 de mayo, ocho días antes de las elecciones europeas, es la fecha en la que se inicia el nuevo rumbo de Portugal, su regreso a los mercados. Ese día «Portugal volverá a mirar a sus socios europeos con igualdad, con esperanza renovada y sin los miedos e incertidumbres de los últimos tres años», dijo Passos Coelho secundado por sus ministros. A pesar de que no habrá segundo rescate ni programa cautelar, como se estaba especulando, Coelho alertó que el país aún tiene un camino de austeridad por delante ya que el rigor y la consolidación presupuestaria se mantendrán, así como la reforma del Estado.
Las reacciones de la Comisión Europa y del Fondo Monetario Internacional, dos de los tres organismos que conforman la troika, fueron instantáneas. En un comunicado, la Comisión apuntó que había tomado nota de la decisión de salir del programa de rescate sin una línea de crédito que sirva de precaución, es decir, sin ningún apoyo preventivo. Según el vicepresidente de la Comisión Europea, Siim Kallas, Bruselas apoya al pueblo portugués y al Gobierno en esta elección soberana. «Definitivamente habrá algunos riegos, pero nuestra opinión hoy es que esta decisión puede ser justificada, puede ser respaldada, y la Comisión Europea va a apoyar al Gobierno de Portugal en esta elección», apuntó Kallas.
Bruselas ha presentado sus previsiones macroeconómicas y en ellas señala que el retroceso de la economía lusa en 2013 fue menor de lo esperado y que se espera que crezca un 1,2 por ciento en este año y un 1,5 por ciento en el próximo ejercicio. La UE también estima que el desempleo podría reducirse al 15,4 por ciento en 2014 y al 14,8 en 2015.
Por su parte, el FMI también utilizó un comunicado para exponer su postura, que pasa por continuar trabajando con las autoridades portuguesas para enfrentar «retos que aún persisten».
Esta «salida limpia» se ha anunciado después de que la troika constatara la semana pasada, en su décimo segunda y última evaluación, que el país ha cumplido con los deberes impuestos. Este aprobado final de la troika permite el desembolso del último tramo de la ayuda, que asciende a 2.600 millones de euros, con los que se completan los 78.000 millones prestados al país, en varios tramos.