La oferta de Vinci se ha impuesto a las presentadas por otros grupos de Argentina y Brasil y supone el traspaso al grupo francés de la empresa nacional aeroportuaria de Portugal, ANA, y la gestión por 50 años de las principales terminales aéreas del país.
El ente aeroportuario gestiona los aeropuertos de Lisboa, Oporto, Faro y la terminal civil de Beja), además de Ponta Delgada, Horta, Santa Maria y Flores en Azores, y los aeropuertos de Madeira y Porto Santo, además de ser mayoritaria en la empresa que proyecta el nuevo aeropuerto de Lisboa.
Vinci tendrá que desembolsar de forma inmediata 100 millones de euros y aportar garantías bancarias por el resto. Se compromete a no vender ANA antes de cinco años, se queda con un 95% de las acciones y ofrecerá el resto a los trabajadores.
Con esta operación, el grupo francés gestionará 23 aeropuertos, la mayoría en Francia, con un volumen de pasajeros que superará los 40 millones al año. Ahora ya está presente en cien países donde, además de aeropuertos, gestiona líneas ferroviarias y autopistas. En Portugal ya se había introducido como accionista de la empresa Lusoponte concesionaria de los dos grandes puentes de Lisboa, el Vasco de Gama y el 25 de abril.
Hace solo una semana, el gobierno portugués tuvo un intento fallido de vender la aerolínea TAP al grupo del brasileño-colombiano Germán Efromovich, por considerar que no garantizaba los medios financieros necesarios.
Con las ventas de las eléctricas EDP y REN, entre otros activos, y ahora la de la aeroportuaria ANA, Portugal supera los 5.000 millones previstos en privatizaciones en el plan de rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional.