A la UE le gusta el chocolate. Es la región del mundo en la que más se consume y en la que hay alguna de las mayores empresas productoras. El cacao necesario para los famosos bombones europeos se importa sobre todo de África occidental, donde se concentra el 70 por ciento de la producción mundial. Latinoamérica, Asia y Oceanía, producen el 13 por ciento.
El 90 por ciento del cacao del mundo lo cultiva una enorme cantidad de pequeños agricultores, 5,5 millones, pero del sector dependen económicamente unos 50 millones de personas, de los que 14 millones trabajan directamente en el campo. Muchos de estos trabajadores son niños, no se conoce cuántos de ellos provienen de las redes de tráfico de personas.
Según la legislación internacional los menores pueden trabajar si eso no interfiere en su educación, no les impide acudir a la escuela y no supone un riesgo para su salud o su desarrollo personal. En el caso del cacao muchos niños ayudan a sus familias durante la cosecha, lo que no se considera trabajo infantil, pero sí están expuestos a sustancias peligrosas como pesticidas.
El nuevo Convenio Internacional del Cacao que ha ratificado la UE habla de responsabilidad social y medioambiental de los productores, vendedores y compradores del cacao pero no tiene ninguna medida específica para luchar contra el problema de la explotación infantil. La UE lo firma después de que en octubre de 2011 lo hicieran Costa de Marfil, Ghana e Indonesia y Suiza. Será aplicable durante diez años y se podrá ampliar dos años más.
El Parlamento Europeo junto a la ratificación del convenio ha aprobado una resolución en la que insta a los Estados miembros que no lo hayan hecho a que suscriban la Convención de Derechos del Niño de la ONU. A juicio del europarlamentario socialista portugués Vital Moreira, que ha hecho el informe para el Parlamento Europeo, si se tiene en cuenta que la UE es la principal importadora y consumidora de cacao del mundo y de que los principales transformadores y fabricantes de chocolate están también en ella, una gran parte de la responsabilidad de la mejora y sostenibilidad del sector del cacao le corresponde.