Para los responsables de la empresa, la ralentización de la economía en Europa ha puesto en peligro la seguridad laboral y ha rebajado el poder adquisitivo, provocando una caída en la compra de nuevos vehículos. Al mismo tiempo, Peugeot ha contrarrestado sus necesidades de liquidez con una reducción de su capacidad y de sus costos fijos.
Hasta ahora el año con más pérdidas fue 2009 cuando perdieron 1.600 millones. Las pérdidas netas de 2012 se comparan con el beneficio neto de 588 millones de euros de 2011. Los analistas habían previsto que las pérdidas del año pasado no superarían los 1.580 millones de euros.
El año pasado el mercado europeo se contrajo un 8,6%, pero las ventas de Peugeot cayeron un 15%. Estos datos son una muestra de que la compañía gala ha sufrido más que otros fabricantes de coches europeos por su exposición a los mercados del sur de Europa como Francia, España e Italia, donde la demanda se ha desplomado. A nivel mundial sus ventas cayeron el año pasado un 17%, a pesar de la presentación de nuevo modelos.
Se prevé que el sector del automóvil en Europa se contraerá este año un 5 por ciento más y no se cree que se recupere hasta finales de esta década, cuando las ventas se situarán a niveles previos a 2007.
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