La crisis griega va acondicionar este viernes la reunión de los que supuestamente deciden la dirección de la economía mundial . Los ministros de Economía del G-20, que reúne a los países ricos y en desarrollo, estudiará las repercusiones que está provocando el ataque de los mercados financieros sobre la deuda griega.
El objetivo del encuentro, formalmente, es analizar la imposición de una tasa a las entidades financieras para pagar rescates en futuras crisis y desincentivar los riesgos excesivos. El director del FMI, Dominique Strauss-Khan, apuesta por un compromiso de coordinación de medidas y avisa de que si cada país aplica nuevas normas por su cuenta se crearán problemas a nivel mundial.
Strauss-Kahn dijo ayer que la situación de Grecia es «muy seria» y, efectivamente, el acoso que están sufriendo las finanzas griegas pasa a ser el primer problema de la economía internacional.
La revisión del dato del déficit griego que hizo pública la Comisión europea desencadenó el pánico en los mercados. Se sumó después la rebaja en la valoración de la deuda griega de la agencia de calificación Moody's y eso provocó la enésima subida de costes del bono griego sobre el referente alemán, llegando a un máximo del 10%.
Ahora se extiende el miedo al efecto dominó. La rentabilidad de los bonos de Portugal y España subió y las bolsas sufrieron importantes pérdidas. El euro se situó en 1,33 dólares.
Confirmada la desconfianza de los mercados en el plan de ajuste que aplica el gobierno griego, se baraja ya que Papandreu no tardará en pedir que se aplique el plan de rescate europeo. En unas semanas vencen pagos multimillonarios adeudados por Atenas a los que el gobierno no puede hacer frente en las actuales condiciones.
Europa vivía la convulsión de las finanzas griegas y en el país, los sindicatos se volvían a movilizar contra el plan de ajuste, que supone recortes en todo el sistema laboral de Grecia. euroXpress