Aparentemente Klee, creador del movimiento Blaue Reiter con Kandinsky, y el grupo Cobra aportaron diferentes elementos a las vanguardias europeas, aunque ambos contribuyeron decisivamente a la profundización de un nuevo arte del siglo XX.
La exposición de Berna demuestra que los que crearían después el grupo Cobra conocían a Klee desde los años 30 y valoraban su imaginación y la impregnación onírica de su obra. Klee y Cobra, un juego de niños, según sus organizadores, presenta la fascinación por la fuerza de expresión pictórica de los niños, que está en la obra de Klee y lo confronta con las pautas del grupo Cobra, el misterio de las máscaras y los rostros, la exuberancia y las acrobacias, las nuevas criaturas, los animales y los seres fantásticos e incluso las formas de agresión y relaciones entre los niños.
Detrás está también el origen común de los integrantes de Cobra, Corneille, Niewenhyus, Noiret, Appel, que crearon Cobra en 1948 en París y son también consecuencia de los efectos de la Segunda Guerra Mundial en su crítica a la sociedad occidental. La exposición pretende profundizar en las relaciones entre el grupo de artistas y la reflexión artística de Klee. Hasta el 4 de septiembre.