Passos Coelho utiliza la red social para dirigirse al país y confesar que ha tenido que hacer «uno de los discursos más ingratos que un primer ministro puede hacer... No es lo que deseo decir y sé que no es lo que les habría gustado escuchar». El viernes anunció para el año que viene un aumento del 11% al 18% en las cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores del sector público y privado y una reducción de las cotizaciones de las empresas del 23,75% al 18% porque «la situación financiera de las empresas es muy delicada».
El jefe del gobierno portugués aseguró que su trabajo está centrado en el combate del desempleo «que ha adquirido unas dimensiones que no podemos tolerar» (está en torno al 15% en Portugal) y que «es la principal amenaza para nuestra recuperación».
Ahora, en Facebook, dice hablar a los portugueses «como ciudadano y como padre» para justificar los recortes, «corregir los errores del pasado» y reconocer que los esfuerzos de recuperación, «para muchos portugueses, en particular los más jóvenes, esa recuperación no ha generado lo que más precisan en estos momentos, un empleo».
Por eso, el primer ministro asegura que aunque el paro es más que un problema financiero, «un drama personal y familiar», las medidas tomadas son «un paso necesario para una solución real y duradera». Es un mensaje de agradecimiento y de ánimo, pero también un aviso de que las cosas pueden ir todavía a peor. «No bajaremos los brazos hasta que el trabajo esté hecho. No olvidaremos que nuestros hijos nos miran y que por ellos y ellas continuaremos con los sacrificios hoy, mañana y cuanto sea necesario».