Edward Hopper en el Gran Palais
Después de Londres en 2004, Italia en 2010 y Madrid hasta mediados del pasado septiembre, el Grand Palais muestra ahora un imponente conjunto de 128 óleos, grabados, acuarelas e ilustraciones de este artista que, según el comisario de la muestra, Didier Ottinger, fue un gran amante de la luz y siempre prefirió «yuxtaponer» y «suscitar» antes que «decir».
El arte de Edward Hopper , considerado uno de los más grandes pintores estadounidenses del siglo XX, llega a París tras estrenar en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid una de las mayores retrospectivas europeas sobre su obra.
Expresión de desgarros existenciales o de puras construcciones mentales, la «engañosa sencillez» de sus obras ha sido interpretada desde las más variadas y opuestas ópticas.
Junto a las creaciones de Hopper (1882-1967), París expone una treintena de óleos de algunos de sus maestros y contemporáneos. Más del doble de lo expuesto en el Museo Thyssen-Bornemisza Entre las grandes se encuentran, el bar nocturno de «Nighthawks» (1942), «Summertime» (1943) y «Chop Suey» (1929).
Una docena de obras de Walter Sickert, Albert Marquet, Edgar Degas y Félix Vallotton ilustran algunas de sus «fuentes», mientras que también en la primera parte de la muestra se exponen una decena de cuadros del Taller de Robert Henri, maestro de gran influencia en el joven Hopper desde la llamada «escuela Ashcan» o «Ash Can» (»Escuela del cubo de basura»), defensora de un realismo sin concesiones.
Otras obras que se exponen son «Sun in an Empty Room» (1963), «People in the Sun» (1960), «New York Office» (1962), «Second Story Sunlight» (1960) y «Two Comedians».