La canciller alemana, Angela Merkel, ha dicho este martes que Europa sólo puede esperar salir más fuerte de esta crisis y competir en un mundo globalizado si sus miembros llevan adelante dolorosas reformas y políticas presupuestarias más responsables.
Merkel hablaba ante la reunión anual de la Federación de Industrias Alemanas (BDI), donde ha reconocido que Alemania «no es una isla» que se pueda desconectar del desarrollo económico del resto de Europa y del mundo. Ha dejado claro que los socios más endeudados de la eurozona deben arreglar sus propias economías sin esperar a que Alemania vaya a rebajar su apuesta por la productividad en beneficio de otros países con problemas.
En cuanto a la unión bancaria se declaró a favor, pero rebajó las prisas de la Unión Europea. «Hay que ir paso a paso», dijo y no hacer algo con prisas sólo por tenerlo y que luego sea ineficaz. «Muchas veces hemos dicho cosas en Europa que no hemos sido capaces de cumplir».
De esa reunión a otra más restringida con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi con quien ha repasado el plan de compra de bonos y la supervisión bancaria que la entidad europea deberá llevar a cabo.
Precisamente este martes el diario alemán Bild dice que abogados del BCE y del Bundesbank están examinando el plan de compra de bonos antes de que sea remitido al Tribunal de Justicia Europeo. Draghi dice que cuando anunció el programa lo hizo seguro de que cumplía la legislación europea.
El presidente del BCE también ha hablado a los empresarios alemanes a los que ha dicho que su propuesta trata de «eliminar miedos infundados» sobre el futuro de la eurozona.
Ha dejado claro que su plan es un «puente» mientras se aplican y dan fruto las medidas de consolidación fiscal. Cree -ha dicho- que la eurozona podría volver al crecimiento el próximo año.
Draghi continuará explicando sus decisiones en Alemania, debe comparecer ante la comisión presupuestaria del Bundestag (cámara baja del Parlamento) próximamente.