Papandreu ha tenido solo el respaldo de su partido, el PASOK. 155 votos a favor, 143 en contra y dos abstenciones. El drámatico llamamiento del primer ministro a la oposición no tuvo resultados: «Si tenemos miedo, si desperdiciamos esta oportunidad, entonces la historia nos juzgará muy severamente».
Pero los votos socialistas fueron suficientes y ahora el gobierno griego puede presentar a la Cámara el drástico plan de ajuste que le exigen en una carrera contra el calendario. Para recibir el quinto tramo del rescate europeo, las medidas deben estar aprobadas antes del 29 de junio. El 3 de julio se pronunciará el Eurogrupo y el dinero debe llegar a Atenas unasemana después porque se cumplen los vencimientos de la deuda griega. Queda pendiente saber si la UE y el FMI aceptarán el nuevo rescate que necesita Atenas para pagar a sus acreedores durante los próximos dos años y que podría rondar los 100.000 millones de euros.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ya ha dicho que «la votación elimina un elemento de incertidumbre en una ya de por sí muy difícil situación». Barroso ya había advertido a los partidos políticos griegos que no hay un plan B para el país.
Con todo, el gobierno griego tiene otro frente abierto en las calles de Atenas, donde los indignados y los convocados por los sindicatos volvieron a protestar por los nuevos recortes sociales que habrá que hacer. Grecia tiene que ahorrar 6.500 millones de euros este año, otros 28.000 millones hasta 2015 y obtener 50.000 millones más por la venta de activos del Estado.