En el consorcio participan también la italiana Impregilo y la belga Jan de Nul, y han anunciado que suspenderán las obras el 20 de enero, si el gobierno centroamericano no aporta parte del sobrecoste de las obras.
El presidente panameño ha anunciado que tiene previsto viajar a España e Italia para exigir a los gobiernos europeos que las empresas cumplan con sus contratos. Sacyr valora que las dificultades del proyecto arquitectónico, han aumentado los costes en unos 1.200 millones de euros. El anuncio de las dificultades de la constructora y la paralización de las obras han comportado que las acciones se hayan desplomado en la bolsa española, y sus acciones han perdido un 9% de su valor.
El Consorcio de contructoras ganó el concurso internacional para construir el tercer juego de esclusas, en julio de 2009, y el gobierno panameño se decidió por el proyecto menos costoso (2.243 millones de euros). Una decisión muy criticada por el resto de empresas que participaron en la subasta, por considerar que el precio que ofrecían las empresas europeas por el mayor proyecto de ingeniería civil de la historia, no cubriría los gastos reales de la obra. De hecho Bechtel, la empresa de EE UU que perdió el concurso, denunció que la oferta de Sacyr no cubría «ni los gastos de hormigón». Bechtel había ofertado 4.200 millones de dólares, según se extrae de la información emitida por la Embajada de Estados Unidos en Panamá y dadas a conocer por Wikileaks.
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP), entidad que administra la vía transoceánica, ha dicho que «rechaza de manera categórica las presiones» de GUPC, realizadas «con el único propósito de forzar a la organización a negociar fuera de los términos establecidos en el contrato para la construcción del tercer juego de esclusas».
Hace un mes Sacyr ganó un nuevo contrato en Qatar: las obras de urbanización y la construcción de las carreteras e infraestructuras de Al Dayeen, la zona Norte y Este de Al Khessa, por importe de 65 millones de euros.