Los palestinos han conseguido este jueves un nuevo estatus internacional al convertirse en Estado observador de la ONU. 138 países han votado a favor, y 9 en contra (Estados Unidos, Israel, Canadá, República Checa, Panamá, Palau, Micronesia, Nauru y las islas Marshall). Ha habido 41 abstenciones, entre ellas las de Alemania, Aunque la UE ha votado dividida, lo cierto es que el apoyo europeo es un apoyo internacional muy importante para Palestina.
El único país europeo que ha votado en contra ha sido la República Checa, mientras que Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia y Bulgaria se han abstenido. Aunque la mayoría simple era suficiente para el reconocimiento internacional, el nuevo estado observador ha conseguido dos terceras partes de los países representados en Naciones Unidas.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, ha pedido que Naciones Unidas emita un «certificado de nacimiento» para el Estado palestino. Durante su discurso en la Asamblea General de la ONU, ha destacado que el reconocimiento de Palestina es «la última oportunidad» para lograr la paz con Israel. Ha reivindicado las fronteras de 1967, tener como capital Jerusalén Este y una solución negociada para los refugiados y ha criticado la política israelí en los territorios ocupados.
Mahmud Abbas ha dicho «no hemos venidos para complicar el proceso de paz, pero sí para intentar un último esfuerzo serio para construir la paz». El embajador israelí no era de la misma opinión y ha insistido en que la iniciativa palestina, «no es un avance, sino un retroceso para la paz».
La sesión de la Asamblea se ha seguido con especial interés en Ramala, capital de Cisjordania. En Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha denunciado «un discurso difamatorio y lleno de propaganda contra el ejército y los ciudadanos israelíes».
La fecha de este jueves no fue elegida al azar: es el aniversario de la aprobación por la ONU en 1947 del plan de partición del Mandato de Palestina, que incluyó un Estado judío y un Estado árabe. Muchos europeos, según diplomáticos, estiman que el momento ha sido mal elegido y esperan que Mahmud Abas reanude pronto las negociaciones de paz.
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