Nadie se libra de esta lacra por más poderoso o más influyente que sea el gobierno o más cultural y religiosa que sea la sociedad. Todo «a la vista» mientras buena parte de la humanidad crece segundo a segundo en índice de pobreza. En los años próximos, con esta vocación de la transparencia, será alarmante y demencial lo que saldrá a la luz: más apaños de todo tipo, más tapujos de glamour entre banquetes , viajes, y sexo, e indignantes apropiaciones de guante blanco. Lo descarado es dar lecciones de ética como en un salmo ancestral mientras crecen las malas prácticas en las que unos se asustan de las de los otros -que al final- no es más que el espejo de lo que ellos mismos están haciendo.
El Índice de Percepción de la Corrupción 2013 de Transparency International advierte que el abuso de poder, los acuerdos clandestinos y el soborno continúan devastando a las sociedades en todo el mundo.
El Índice de Percepción de la Corrupción se basa en la opinión de expertos sobre la corrupción en el sector público. Las puntuaciones de los países pueden ser positivas cuando existe un amplio acceso a sistemas de información y normas que regulan el desempeño de quienes ocupan cargos públicos, mientras que la falta de rendición de cuentas en el sector público, sumada a instituciones públicas poco eficaces, son factores que deterioran estas percepciones.
Más de dos tercios de los 177 países incluidos en el índice de 2014 han obtenido una puntuación inferior a 50, en una escala de 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de muy bajos niveles de corrupción).
Dinamarca y Nueva Zelanda comparten el primer lugar, con una puntuación de 91. En las últimas posiciones se ubican este año Afganistán, Corea del Norte y Somalia, con tan solo 8 puntos cada uno.
«Los países en el extremo superior del índice muestran claramente que la transparencia contribuye a la rendición de cuentas y puede frenar la corrupción», ha afirmado Huguette Labelle, Presidenta de Transparency International. «No obstante, estos países de mejor desempeño se enfrentan a desafíos en aspectos como captura del Estado, financiación de campañas electorales y la supervisión de grandes contratos públicos, que continúan representando importantes riesgos de corrupción».
Venezuela y Paraguay son los países percibidos como más corruptos de América Latina, mientras que Uruguay y Chile se ven como los más transparentes, según el ránking global de la ONG Transparencia Internacional.
Las mejores notas europeas las obtienen Dinamarca, y Finlandia, mientras que a nivel internacional se relega a los últimos puestos a Somalia, Corea del Norte y Sudán.
Los bajos niveles de calificación en el IPC afectan negativamente también a los programas de cooperación externa porque reflejan la percepción de que el esfuerzo es todavía bajo desde las administraciones para garantizar un uso racional, ético y transparente de los fondos y demás recursos públicos.
Nos asalta esta pregunta ¿Cómo hablar desde el corazón a los pueblos que eligen a sus gobiernos? ¿Cómo gestionar el llanto de las familias con más carencias, los hospitales en grito porque no han llegado recursos para mejores diagnósticos y obtener resultados eficaces en la lucha contra las epidemias y a los colectivos que no tienen un solo bocado para iniciar el día? ¿Cómo alimentar...la esperanza de la gente joven que abre sus ojos a un mundo que no es el que le han «cantado» sino el que ahora le cuentan ?