La directiva que prepara la Comisión Europea no prohibe las comisiones que cobran los bancos por operaciones con tarjetas de crédito que terminan repercutiendo en el consumidor, pero quiere rebajarlas.
El límite que prevé el borrador será del 0,2 por ciento sobre el valor de una transacción que se haga con una tarjeta de débito y de un 0,3 por ciento para una de crédito. En la actualidad algunos bancos pueden cobrar hasta un 1,5 por ciento.
En principio se va a aplicar a las operaciones transfronterizas, cuando un consumidor español usa su tarjeta en Francia, por ejemplo, dos años más tarde se aplicará a los pagos en todos los países y para cualquier tarjeta.
La normativa podría estar en marcha a finales del año próximo y supone el final de una batalla antimonopolio que libra la Comisión Europea con Visa Europe y MasterCard.