Los jefes de Estado o de gobierno aprobarán el ahora llamado Pacto por el euro, presentado por el presidente del Consejo, Herman van Rompuy, una versión dulcificada delpacto de competitividad propuesto por Alemania y Francia, que levantó ampollas entre el resto de los socios.
Además de actuaciones concretas sobre competencia, se propone a los miembros del Eurogrupo una serie de medidas, entre ellas, adaptar la edad de jubilación a la esperanza de vida, vincular salarios a productividad, flexibilizar el mercado de trabajo, poner límites a la deuda y el déficit en las legislaciones nacionales y buscar mayor coordinación en el impuesto de sociedades, sobre la propuesta que en breve presentará la Comisión Europea.
Son puntos muy similares a los propuestos por Angela Merkel pero con una diferencia fundamental: no hay obligaciones concretas, sino recomendaciones, como única fórmula de que los estados lo acepten. El compromiso exigido es que en el plazo de un año, los socios presenten resultados.
La contrapartida que se espera es que Berlín, principal contribuyente, acepte aumentar y flexibilizar el futuro fondo de rescate permanente para países con problemas de deuda, que sustituirá al actual después de 2013, y que se renegocien las condiciones de los préstamos concedidos a Grecia e Irlanda. Ése es el principal objetivo del nuevo primer ministro irlandés, Enda Kenny.
Se confía en alcanzar hoy un principio de acuerdo que se materializará en el Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo.