En un discurso pronunciado este viernes en el European Policy Centre, Rehn ha dado la buena nueva: «Nuestros últimos indicadores de sentimiento económico de esta semana están mostrando señales de estabilización, y la confianza en los mercados financieros está creciendo considerablemente. Esto se refleja en la significativa caída en los costos de endeudamiento para países como Irlanda, Italia y España».
Sin embargo, la mejoría no se traslada a la economía real. El comisario se ha sumado a la lista de políticos europeos que se lamentan de las altas cifras de paro –«inaceptable en España»- y ha constatado que «la relajación de las tensiones en los mercados de deuda aún no ha dado lugar a una relajación suficiente de las condiciones crediticias en los países vulnerables, donde muchas pequeñas y medianas empresas se enfrentan a mayores dificultades para obtener financiación».
En consecuencia, por eso y porque la buena perspectiva «puede cambiar fácilmente», el proceso de reformas impulsado desde Bruselas debe continuar para garantizar el reequilibrio de la eurozona. Pero el comisario vuelve a plantear la cuadratura del círculo al pedir un crecimiento «amigable» con la consolidación fiscal y apuesta por concluir una verdadera unión económica y monetaria.
Diagnóstico literal del comisario Rehn: «Nuestro paciente puede estar fuera de cuidados intensivos, pero todavía pasará algún tiempo antes de que pueda darse un certificado de buena salud».
El comisario ha dejado la puerta abierta a conceder otra prórroga a España para conseguir el objetivo de reducción de déficit y ha dicho que se estudiará después de que se conozcan las previsiones macroeconómicas el próximo 22 de febrero.
Draghi: «No hay marcha atrás»
El análisis de la Comisión Europea va en línea con lo expuesto por el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, quien ha señalado que «ha habido mejoras significativas en las condiciones de los mercados financieros», las primas de riesgo se reducen en los países más vulnerables y se aleja el peligro de contagio.
Sin embargo, el banquero pone límites al optimismo y asegura que «la presente situación es muy inestable». Por eso, cuando se preguntó a Draghi sobre las voces que, como el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, creen que se debería haber relajado la presión de los ajustes en los países cumplidores, se mostró inflexible: «Hemos logrado tanto progreso acompañado de tanto sacrificio que ahora sería incorrecto volver a una situación que demostró ser insostenible... Después de haber conseguido tanto, no sería justo volver atrás».
«No hay que ser complaciente con lo que se ha conseguido, los beneficios no tienen que proceder de la acción del BCE, sino de progresos sostenidos y sustanciales», indicó el banquero, después de que el Consejo de Gobierno del Banco decidiera mantener los tipos de interés en la eurozona en el 0,75%.