«Ocho caballos, cuarenta hombres», Carolina Pecharromán
Editorial Adhara
«Ocho caballos, cuarenta hombres» es la frase que se leía en los trenes que trasladaban a los españoles a los campos de refugiados en Francia. Españoles que, como la familia Santibáñez, habían visto trastocadas sus ilusiones y sus vidas por la más cruel de las contiendas, una guerra civil. La novela atrapará al lector en historias de amor, supervivencia, intriga y lucha en el Madrid asediado, en las batallas perdidas del Ejército republicano, en el exilio temible de la Francia ocupada por los nazis. «Ocho caballos, cuarenta hombres» está basada en hechos reales y tiene detrás un minucioso trabajo de documentación. Por eso es fácil identificarse con Fernando, Felisa o Aurelio, sentir y sufrir con ellos, sumergirse en el ambiente de las calles y la vida cotidiana de esos tiempos turbulentos y seguir a los protagonistas en la más apasionante e inquietante de las aventuras: La aventura de la historia.
Este libro publicado por la editorial Adhara mezcla la narrativa de ficción y el testimonio personal. Con un estilo directo, sin artificios excesivos con la mezcla adecuada de adjetivos que matizan situaciones, personas, paisajes o momentos, la autora va narrando los diferentes períodos que fueron viviendo los combatientes republicamos que alcanzaron el exilio. La atmósfera que envuelve las escenas está cargada de dramatismo pero con la justa dosis de elementos cruentos y en muchas ocasiones con adecuados contrapuntos humorísticos o descripciones de una muestra de situaciones paradójicas que pudieron ser vividas por cualquier persona en aquellos años de la Guerra civil y el exilio.
La acción retrata la vida en el Madrid cercado, recorre sus calles, fotografía la efervescencia de los primeros momentos, el temor por la persecución, la terrible amenaza de los bombardeos, la penuria y el hambre, el valor de una población que seguía acudiendo al cine bajo las bombas. La acción cobra un gran ritmo en el momento en que se describe el éxodo de los combatientes republicamos y cómo estos fueron recibidos por los militares y personal de los campos de refugiados franceses.
En esta parte de la obra y como testimonio gráfico que ilustra los hechos se ofrecen dibujos exclusivos realizados por uno de los protagonistas, que quizá como un mecanismo de defensa psicológica o para dar una muestra más precisa de lo que allí estaba viviendo, decidió crear una colección de dibujos de los que este libro ofrece unos cuantos de los más representativos que ilustran perfectamente las escenas descritas.
Tras las peripecias vividas hacia el exilio francés, se describe cómo afectó a estos refugiados la invasión alemana y la Segunda Guerra Mundial. Aporta también una visión mucho más real y de testimonio histórico de lo vivido por las gentes que en poco tiempo se enfrentaron a varias situaciones bélicas y se vieron duramente desplazadas. En definitiva, se trata de tragedias protagonizadas por gente corriente, familias como a las que en nuestros días vemos a través de los medios sufrir otros conflictos más actuales como el de Siria, escapando cubiertas de polvo y ceniza de una casa destrozada por un obús, familias que podrían ser las nuestras.