En su discurso en el Capitolio ha dicho que «hoy anuncio que lanzaremos conversaciones sobre un Alianza Transatlántica de Comercio e Inversión con la Unión Europea, porque un comercio que sea libre y justo a través del Atlántico sustenta millones de empleos estadounidenses bien remunerados». No ha dado más detalles, pero la UE ya ha señalado que esta zona supondrá intercambios comerciales de unos cinco mil millones de dólares.
En su discurso de una hora, Obama ha asegurado que su prioridad es «hacer que Estados Unidos sea un imán para nuevos empleos y manufacturas». Por eso, paralelamente a las negociaciones con Europa, Washington completará un Acuerdo de Asociación Transpacífica, que «impulse las exportaciones de su país, aumente los empleos de sus ciudadanos y logre oportunidades en los crecientes mercados de Asia».
En la tribuna de invitados quedaba reflejado qué temas internos iban a centrar su discurso. Un inmigrante mexicano 'sin papeles', los padres de la joven que desfiló en la toma de posesión el 20 de enero y que unos días después murió tiroteada en Chicago, una alcaldesa hispana de Arizona, el consejero deleado de Apple, una haitiana-americana de 102 años y un joven experto en energía eólica.
«No necesitamos un gobierno más grande, sino más inteligente», ha dicho el presidente estadounidense, que ha pedido a los congresistas que no arrinconen la inversión pública en plena negociación de recortes. Ha buscado un acercamiento con los republicanos para intentar aprobar medidas que frenen el déficit estadounidense. Para garantizar la sostenibilidad económica ha propuesto subida de impuestos (especialmente dentro del sector petrolero y otras áreas) que le permita financiar la inversión en campos como la infraestructura, manufacturas, energías renovables y educación.
Obama propone atraer más empleos a su país. Ante el Congreso ha dicho, «juntos, podemos demostrar que Estados Unidos es el mejor lugar para hacer negocios mediante la capacitación de nuestros trabajadores creando empleos en la manufactura de alta tecnología y la reconstrucción de nuestra infraestructura para que nuestros negocios tengan las herramientas necesarios para competir en la economía global».
En su discurso ha señalado que la «economía es más fuerte cuando se amplían las oportunidades y se premia el trabajo duro». Por eso ha propuesto aumentar el salario mínimo de 15 millones de estadounidenses, situándolo en los 9 dólares por hora. De nuevo ha apostado por las energías limpias, defendiendo que pueden seguir creando buenos empleos, permitiendo reducir la dependencia del petróleo extranjero y disminuir el coste energético de familias y empresas.
Sobre una de sus grandes batallas, la ley de extranjería, ha defendido que se repare el sistema de inmigración, «roto», según ha declarado, para que todo el mundo se rija por las mismas reglas. Así se podrán atraer a los mejores trabajadores y empresarios para ayudar a crear empleos y hacer crecer la economía.
Una referencia obligada en el discurso de la Nación es Afganistán. El presidente ha anunciado que dentro de un año unos 34.000 militares habrán vuelto a casa para cumplir el objetivo ya previsto de que la mayoría de las tropas regresen antes de finalizar 2014. Aunque no ha dicho cuantos militares quedarán en el país asiático a partir de 2015.