Los ministros de educación, Michael Gove, y de defensa, Philip Hammond, del ala dura de los conservadores han pedido este fin de semana la salida de su país de la UE. Según el diario «Daily Mail», nueve ministros y altos cargos del gobierno Cameron han expresado al líder tory su voluntad de abandonar la UE. Entre ellos estan el ministro de empleo, Chris Grayling, la de Irlanda del Norte, Theresa Villiers, el de desarrollo internacional (Justine Greening) y el ministro del gabinete, Francis Maude.

La proclamación de sus opiniones se realiza días antes de que el miércoles se vote en el Parlamento de Westminster una enmienda relcamando que se introduzca una iniciativa legislativa para promover el referéndum en la agenda parlamentaria. En algunos medios británicos, entre ellos el Sunday Telegraph, a Cameron le puede salir muy cara su apuesta antieuropea.

Los euroescépticos quieren forzar el referendum en dos consultas, una de ellas que coincidiría con las elecciones europeas del año que viene, en la que se ordenaría al primer ministro un «mandato» para renegociar el estatus de Gran Bretaña con Bruselas y otro que coincidiría con las elecciones legislativas de 2015.

Los conservadores británicos quieren frenar el aumento de la ultraderecha de Nigel Farage, que ha conseguido introducir en la sociedad británica sus mensajes anti-inmigración y anti-Europa, obteniendo unos importantes resultados en las últimas elecciones municipales.

David Cameron, ha asegurado que todos sus ministros apoyan la estrategia marcada con respecto a la pertenencia del país a la Unión Europea, que aboga por renegociar la relación de Reino Unido con Bruselas y luego someter la permanencia en los Ventisiete a una consulta popular. «Lo importante es garantizar que hemos hecho todo lo posible para reformar la Unión Europea. De este modo, cuando celebremos el referéndum de pertenencia, previsto para finales de 2017, podremos ofrecer al pueblo británico una opción real», ha dicho Cameron.

En su visita a Estados Unidos, Cameron analizará con Obama asuntos como la crisis en Siria, la cooperación económica y comercial, especialmente el acuerdo de libre comercio EE.UU-UE, la seguridad global, y los preparativos para la cumbre del G-8 en Irlanda del Norte el próximo mes.