La gestión de la crisis económica ha pasado factura a los partidos gobernantes europeos. Menos de lo que se esperaban y sin que haya afectado directamente a los ejecutivos. Los ciudadanos han expresado en las urnas el descontento de formas muy diferentes, algunas incluso peligrosas, como ha sido el auge de la extrema derecha, que podría consegui por primera vez tener grupo propio en la Eurocámara, si consigue reunir a más de 25 diputados de 7 países.
En España ha resurgido con fuerza el movimiento «Podemos», que ha conseguido 5 diputados y que ha sabido canalizar la rabia de los ciudadanos. Otros países del sur han aupado a líderes jóvenes y de izquierdas, nórdicos y centroeuropeos han apostado por los eurófobos y en el Este han optado por la abstención, que ha superado el 70%. Países que hace 10 años ingresaban con ilusión en la UE han mostrado su decepción alejándose de las urnas.
Los sociólogos José Juan Toharia, presidente de Metroscopia, y Pedro Arriola, Presidente del Instituto de Estudios Sociales, han destacado que en España el partido «Podemos», ha canalizado el malestar de los ciudadanos, y que «es bueno que en política el malestar se exprese con votos y no con piedras», ha añadido Arriola, asesor político del Partido Popular.
En el Este de Europa, esa denuncia social, se ha mostrado con altos índices de abstención. 10 años después de ingresar en la U en Eslovaquia la abstención ha llegado al 87%; Eslovenia (79%), Polonia (77,3%), incluso en Croacia, que todavía no ha cumplido un año desde su ingreso el 75,7% de los electores prefirieron no ir a las urnas.
En Hungría a la abstención, que superó el 70% se unió el auge de los partidos antieuropeos. La ultraderecha europea ha servido de camino de frustración para los países del norte y el oeste de Europa, su peligroso avance se ha visto recompensado con la formación de un grupo propio en el futuro Parlamento Europeo. Ocho legislaturas han necesitado la ultraderecha y los antieuropeos para llegar con fuerza al corazón de las instituciones europeas. Este miércoles, su líder, la francesa Marine Le Pen, anunciará que ha conseguido aglutinar a varios partidos. De momento consiguen unirse, pero sus antagonismos, propios de su ideología, podrían crear grandes fisuras en el colectivo.
El FN ha sido la primera fuerza en Francia y ha obtenido 24 escaños, casi los mínimos que necesitan para formar grupo, pero requiere que haya representantes de 7 países. Nigel Farage, del partido independentista británico (UKIP), ha obtenido el 30% de los votos en su país y podría repetir grupo político con «Europa por la Libertad y la Democracia» (EFD), que era la séptima fuerza en la eurocámara. Ya ha dicho que no se unirá al frente xenófobo del holandés Geert Wilders, debilitado tras obtener 4 escaños en su país y la francesa Marine Le Pen, fortalecida por el apoyo popular del 25-M. En Dinamarca, el partido más votado (26,7%) ha sido el ultraderechista Partido Popular y ha empatado a 3 escaños con los socialdemócratas (20,5%), en la vecina Suecia, «Demócratas Suecos», ha obtenido un eurodiputado, el mismo resultado del Partido de los Finlandeses.
En los países del sur de Europa, con una etiqueta «menos democrática», que los nórdicos, la denuncia social contra la gestión de la crisis, se ha reflejado en el voto a la izquierda, principalmente a líderes jovenes como ocurre con Alexis Tsipras en Grecia (comunistas), Matteo Renzi en Italia (socialistas), o Pablo Iglesias en España (Podemos), una formación, que al contrario que las otras dos, no tiene relación directa con ningún partido político tradicional.
El sociólogo, José Juan Toharia considera que el resultado del 25-M es un «aviso» para PP y PSOE, aunque ha insistido en que las europeas no son elecciones extrapolables, porque en todos los países de la UE son usadas «para expresar un desahogo». En España, ha servido para canalizar «el enfado muy profundo y muy extenso» de la población sobre las medidas tomadas por el Gobierno.
Los dos sociólogos, que han participado en un encuentro de Nueva Economía Fórum, han coincidido en que la gran sorpresa de las elecciones en España, ha sido el buen resultado del partido Podemos, liderado por Pablo Iglesias, aunque los sondeos ya lo preveían desde principios de año. Ha sido un voto «tranversal», ha dicho Pedro Arriola, asesor del Partido Popular, que ha captado el voto de hombres, mujeres, ciudades, pueblos, jóvenes y adultos y a gente que normalmente no vota. «Ha sido un aviso a los grandes partidos y ha demostrado que hay que hablar de otra forma al electorado». En relación a los resultados obtenidos por la lista de Pablo Iglesias en ciudades como Madrid, el sociólogo, lo ha relacionado con que «hay que tener en cuenta que todos los frikis acaban planeando sobre Madrid».
En este sentido el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjørn Jagland, ha elogiado los resultados registrados en España, que «destaca positivamente como un gran país europeo que no ha optado por seguir el camino de la xenofobia». Jagland ha visitado hoy Madrid para promover su candidatura para la reelección como secretario general.