El drama de los naufragios de embarcaciones cargadas de inmigrantes frente a las costas mediterráneas europeas no cesa en estos días; tan sólo una semana después del trágico accidente que le costó la vida a más de 300 personas cerca de la isla italiana de Lampedusa, el pasado viernes otra embarcación con 250 inmigrantes -más de 30 de los cuales fallecieron- naufragó entre esta isla y Malta.
También el pasado jueves fueron descubiertos 14 inmigrantes de origen subsahariano viajando desde Guinea a Algeciras a bordo de un barco de transporte. Los inmigrantes, con edades entre los 19 y los 23 años, se escondían en dos contenedores en los que no tuvieron acceso a alimentos ni agua en siete días, por lo que presentaban graves síntomas de deshidratación y tuvieron que recibir la atención médica oportuna. Ya mejorados, han sido devueltos al barco, como manda la legislación marítima, a la espera de saber qué pasará con ellos.
La UE baraja, entre otras opciones, el uso de «drones híbridos», es decir, aviones que pueden ser tripulados pero también dirigidos por control remoto para ser usados en tareas de vigilancia costera. El hecho de que puedan ser tripulados facilitaría la puesta en marcha de esta iniciativa, pues las leyes
Otro de los proyectos que podría ayudar en la tarea de control de costas es el programa Perseus, liderado por la compañía española Indra Systems. Perseus es un proyecto orientado a detectar pequeñas embarcaciones mediante el uso de una combinación de aviones de patrulla marítima, vehículos aéreos no tripulados, lanchas patrulleras marítimas y estaciones de sensores móviles.
Reacciones de los países afectados
Según afirmó el sábado el Primer Ministro italiano, Enrico Letta, Italia reforzará el control en el Mediterráneo con un dispositivo militar de paz que triplicará la presencia de efectivos de rescate en las fronteras y costas italianas. «Vamos a establecer una misión militar italiana para asegurar que el Mediterráneo deje de ser el mar de la muerte», afirmó Letta en un acto público durante el fin de semana. Letta también ha pedido que se revise la normativa comunitaria en materia de inmigración.
Por su parte, Mario Mauro, ministro italiano de Defensa, ha hecho un llamamiento a la Unión Europea para que tome decisiones concretas acerca de este problema aprovechando la cumbre que tendrá lugar los próximos 24 y 25 de octubre, «para garantizar la estabilidad política de los países africanos y hacer frente a los flujos migratorios». Mauro añadió que Europa «debe escoger su destino: ¿Va cerrar los ojos frente a un cambio histórico de los flujos migratorios o va a actuar con nuevas medidas jurídicas y políticas?», y recordó que la situación que hay «en Siria hará que millones de personas sigan huyendo durante décadas». A pesar de estas palabras, Italia todavía no ha revocado la controvertida ley Bossi-Fini, que anuncia posibles consecuencias penales para los pescadores que presten ayuda o socorran a inmigrantes.
En Malta, su Primer Ministro, Joseph Muscat, declaró en una entrevista a la BBC que no sabía «cuánta más gente debe morir en el mar antes de que se haga algo», y anunció que se unirá a Italia para presionar en el próximo Consejo Europeo con el fin de acelerar la toma de medidas. Añadió que «el hecho es que como están las cosas, estamos construyendo un cementerio en nuestro mar Mediterráneo».
De acuerdo con estimaciones realizadas por organizaciones no gubernamentales, unos 20.000 inmigrantes y refugiados han perdido la vida en su intento de atravesar el Mediterráneo en los últimos 20 años.