El nuevo etiquetado que España ha transpuesto, se leerá mejor y estarán más claros los posibles alérgenos en alimentos preenvasados, no preenvasados e incluso en los restaurantes y cafeterías, e información nutricional detallada en los alimentos procesados. También aparecerá el origen de la carne de porcino, ovino, caprino y carne fresca de aves, con el objetivo de eliminar prácticas engañosas.
Esta información clave sobre la composición de los alimentos permitirá a los consumidores tomar decisiones con conocimiento en la compra de productos alimenticios. Según el comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vitenis Andriukaitis, "las nuevas reglas proporcionan una información más clara para el público de una manera que sigue siendo manejable para los negocios".
Esta nueva regla se ha llevado a cabo mediante una transición de tres años, por lo que se ha previsto que pasada esta fecha no figuren productos alimentarios con el anterior etiquetado. Los productos procesados no llevarán la nueva etiqueta hasta dentro de dos años. El objetivo del nuevo etiquetado es claro: que los consumidores sepan lo que comen.
En las nuevas etiquetas se va a encontrar, mejor legibilidad de la información, se establece un mínimo para el tamaño de la letra. Presentación más clara y armonizada de los alérgenos (por ejemplo, soja, frutos secos, gluten, lactosa) y lista de ingredientes en los alimentos preenvasados; Información sobre alérgenos obligatorio para los alimentos no envasados, incluso en restaurantes y cafeterías; información nutricional para la mayoría de los alimentos procesados preenvasados; Información obligatoria para la carne fresca de porcino, ovino, caprino y aves de corral.
Los requisitos de etiquetado son los mismos para la venta por internet que para la venta en una tienda; Lista de nanomateriales artificiales en los ingredientes; información específica sobre el origen vegetal de aceites y grasas refinadas;
La legislación actual en materia de etiquetado y nutrición, se adoptó en 1978 y 1990 respectivamente, de modo que con el paso de los años los consumidores han adquirido otros hábitos y necesidades. Entre estas preferencias figuran la legibilidad y la información clara sobre qué se está consumiendo.La nueva normativa contribuirá a una mejor alimentación de los europeos porque revela el contenido de energía, de grasas y grasas saturadas, carbohidratos y azúcares (entre otros). Esto facilita al usuario la toma de decisiones en función de sus necesidades nutricionales y dietéticas, así como la información necesaria para personas con alergias.
En cuanto a este colectivo, la UE ha apostado por un etiquetado que vele por su seguridad alimentaria. Las nuevas etiquetas incluirán detalles sobre determinadas sustancias que pueden causar reacciones alérgicas o intolerancias, aunque dicha información se establece en función de las autoridades nacionales de los Estados miembro.
Por último, la Unión Europea va asegurar así que sepamos el origen de la procedencia de nuestro alimento ya que figurará en la etiqueta, por lo que también se evitará el fraude en este aspecto. Además si pasada la fecha de transición se siguen encontrando alimentos con el etiquetado anterior, las quejas han de dirigirse a la autoridad nacional competente.