Horas después de que Rusia concediera a Ucrania un préstamo de 2.000 millones de dólares, las fuerzas antidisturbios pasaron este martes las barricadas colocadas cerca del estadio del Dynamo de Kiev y avanzaron hacia la plaza de la Independencia.
Los choques están siendo los más violentos que se han registrado desde que comenzaron las protestas hace tres meses. El préstamo anunciado este martes, una parte de los 15.000 millones de ayuda prometidos por Rusia, se ha interpretado como el punto de partida de un plan del presidente Viktor Yanukovich para terminar con las protestas sin paliativos.
Rusia ha calificado la escalada como el «resultado directo de la connivencia de los políticos occidentales y las estructuras europeas, que han cerrado los ojos a las acciones agresivas de fuerzas extremistas».
Mientras en el Parlamento los líderes de la oposición bloqueaban la tribuna presidencial insistiendo en que los diputados introduzcan cambios en la constitución que limite los poderes del presidente.
Eso les permitiría formar un gobierno independiente que pueda terminar con las protestas y saque a la economía del parón en el que se encuentra después de tres meses de protestas.
Por su parte la responsable de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, ha expresado su preocupación por la «grave escalada en Kiev y las supuestas víctimas» y ha condenado el uso de la violencia «incluida la que se lleva a cabo contra edificios públicos o de partidos».
Ashton, insta a los líderes ucranianos a abordar las causas de la crisis y a que asuman su responsabilidad para «reconstruir la confianza y crear las condiciones para una crisis eficaz de la crisis política.»