«Es esencial que los consumidores conozcan sus derechos y si no es así el mercado no funciona y eso crea un problema a toda la Unión Europea», ha dicho Gösta Petri, de la dirección general de Consumo de la Comisión en la presentación de la campaña en Madrid.
Para José María Tamames del Centro Europeo del Consumidor en España, «en ningún sitio en el mundo el consumidor está más protegido que en Europa» pero debe exigir sus derechos si surje algún problema.
Petri, por su parte, ha señalado la importancia de fomentar una cultura del consumo, aunque para que sea verdaderamente efectiva se requiere el compromiso de los gobiernos, las organizaciones de consumidores, las empresas y los medios de comunicación.
Según un sondeo del Eurobarómetro de 2013, solamente el 12 % de los consumidores europeos y el 9 % de los españoles conocen estos derechos, que la Comisión Europea lleva apoyando desde 2007.
La nueva Directiva de Derechos del Consumidor promueve una mayor transparencia de los precios; prohíbe los recargos por el uso de tarjetas de crédito y líneas directas; prohíbe las casillas ya marcadas, cuando se compra un billete de avión en Internet, por ejemplo; amplía de 7 días a 14 el plazo para que el consumidor cambie de opinión respecto a su compra; mejora el derecho de reembolso dentro de los 14 días siguientes a la devolución de la compra; prohíbe la publicidad engañosa y mejora la protección respecto a la adquisición de productos digitales.
Los Estados miembros deberán haber transpuesto esta nueva normativa en julio de 2015 lo más tarde. Se creará una plataforma de resolución de conflictos en línea que permita resolver las controversias de una forma barata, rápida y sencilla evitando en lo posible los juicios.
Se podrá recurrir a esta forma de resolución en todo tipo de conflictos con los comerciantes, sin importar lo que se haya comprado, si se hizo en línea o fuera de ella, dentro del propio país o en otro.