La UE suspende todos sus programas de cooperación y de inversiones en Siria dentro de los programas de Política de Vecindad y apoyo a las Reformas y pide al BEI que haga lo mismo con sus operaciones que en estos momentos cuenta con una cartera de inversiones de 1.300 millones de euros en el país, uno de los más importantes en la región. Los Estados miembros, por su parte, se han comprometido a revisar su cooperación bilateral con Siria.
Los veintisiete condenan la brutal represión que se lleva a cabo en el país y hacen un llamamiento urgente a las autoridades sirias para que «den respuesta a las legítimas demandas» del pueblo con un diálogo nacional y reformas políticas.
Así mismo han decidido sancionar al presidente Bashar al Assad y a otras nueve personas, que han participado en la represión a los civiles, con la prohibición de viajar a alguno de los países de la UE y congelando sus activos como ya hicieron hace algunas semanas con otras 13 personas.
A su llegada a la reunión, varios ministros europeos han calificado de «indignante» la situación en Siria y han añadido que la UE no puede permanecer inactiva ante toda esa violencia. El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, lamentó que Assad no haya aprovechado la última oportunidad, cuando no le incluyeron entre los sancionados para parar la violencia. Por su parte la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez ha afirmado «queremos que el presidente Assad atienda a las reivindicaciones que la gente está lanzando en la calle y pare la represión» y ha añadido que debería «sentarse a hablar con los representantes de la oposición y pueda iniciar un proceso de reformas».