Nikolas Sarkozy ha agitado un poco más las aguas financieras de la UE, con el anuncio de que, aunque nadie le siga, aplicará la tasa. «No esperaremos a que todos los demás estén de acuerdo», ha dicho después de recibir al presidente italiano Mario Monti, quien ha admitido que aunque apoya la tasa quiere que se aplique en el marco europeo.
A Angela Merkel tampoco le gusta la idea, su portavoz recordó que «el objetivo es lograr la instauración de una tasa en la Unión Europea». Todo lo contrario que al premier británico David Cameron, él quiere que la tasa se aplique a nivel mundial para que los negocios financieros no abandonen la City y aconseja a Francia que la adopte en solitario, algo que le vendría muy bien.
La Asociación de empresas financieras francesas París Europlace, ha advertido de que la decisión de Francia en solitario «sería inapropiada» y que llevaría a una «deslocalización ineludible de las actividades de bancos, aseguradoras y sociedades de gestión en beneficio de las grandes plazas financieras mundiales, entre ellas Londres.
Merkel y Sarkozy tienen más cosas de las que hablar. De la reforma del Tratado en primer lugar que debe estar lista para el día 30 de este mes y, aunque sea un tema sobre el que pasan de puntillas, del BCE. Nikolas Sarkozy no pudo evitar el pasado viernes hacer una alusión «Para hacer frente a esta crisis de confianza, todas las instituciones europeas deben asumir sus responsabilidades, como cada Estado de la zona euro ha tenido que hacer», dijo.
Y la crisis de confianza está en sus peores cotas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) va a revisar a la baja sus perspectivas de crecimiento y Grecia está a punto de saltar por los aires. Italia, mientras tanto, se asegura el apoyo de las dos grandes economías europeas, el viernes visitó a Sarkozy en París y el miércoles verá a Angela Merkel. Los líderes de las tres mayores economías de la eurozona se reunirán una vez más antes del Consejo europeo, participarán en una minicumbre el día 20 en Roma.