La Unión Europea considera que Israel «tiene derecho a proteger a su población» de los «inaceptables» ataques de Hamás y otras facciones de Gaza, pero ha pedido al gobierno israelí «una respuesta proporcionada». La jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, ha expresado en un comunicado su «profunda preocupación por la escalada de violencia en Israel y la franja de Gaza» y deplora «la pérdida de vidas civiles en ambos bandos». «Los ataques con cohetes de Hamás y otras facciones de Gaza que iniciaron esta crisis son totalmente inaceptables para cualquier Gobierno y deben detenerse», señaló Ashton, para quien «Israel tiene derecho a proteger a su población de este tipo de ataques».
Los bombardeos israelíes continúan en Gaza, y los palestinos temen que este sea solo el comienzo de otra gran ofensiva sobre su territorio y, que no haya lugar donde esconderse. «La gente está muy preocupada por lo que vendrá. Estos días escuchamos ataques aéreos y, hasta ahora, la situación es muy tensa», explica el subdirector del Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR, por sus siglas en inglés), Jaber Wichah, en conversación telefónica desde la ciudad de Gaza. «La población está preocupada por todo, y especialmente por los ataques aéreos y las amenazas del gobierno israelí».
El miércoles Israel mató a Ahmad Jabari, jefe del brazo armado de Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica). Un misil impactó en el automóvil en el que viajaba en la ciudad de Gaza. Las fuerzas israelíes señalaron que ese fue tan solo «el primer objetivo» de una campaña militar destinada a disuadir a los combatientes palestinos de seguir disparando cohetes contra ciudades del sur de Israel. En respuesta, Hamás señaló que la muerte de Jabari «abrió las puertas del infierno» para Israel. En las primeras 24 horas del intenso bombardeo israelí, hubo 13 palestinos muertos, incluyendo tres menores de edad y una mujer embarazada.
Por su parte, los medios israelíes han informado que combatientes palestinos dispararon más de 100 cohetes contra ese país, y que tres personas murieron cuando uno impactó en su casa en la localidad de Kiryat Malachi, 25 kilómetros al norte de Gaza. «Nuestros médicos y nuestro personal de salud tienen mucha experiencia, y están listos para afrontar la situación, pero el problema es la falta de medicinas», según el viceministro de Salud en Gaza, Hassan Khalaf.
El funcionario explica que los hospitales gazatíes estaban funcionando con menos de 60 por ciento de los medicamentos esenciales. Khalaf dice que, hasta el mediodía del jueves, más de 100 palestinos en toda Gaza habían resultado heridos por los ataques israelíes.
Indica además que las autoridades de Egipto estaban dispuestas y preparadas para facilitar el traslado de lesionados a través del cruce fronterizo de Rafah. «Este ataque contra civiles debe detenerse, y todo el mundo debe oponerse a la agresión de Israel», añade.
Israel arguye que fue atacado primero por Hamás, cuyos combatientes lanzaron una serie de cohetes contra el sur de su territorio. Pero un informe del Instituto para el Entendimiento en Medio Oriente presenta una diferente cronología de acontecimientos. El último estallido de la violencia comenzó el 8 de este mes, cuando soldados israelíes invadieron la franja de Gaza. Entonces se produjo un tiroteo con palestinos, en el que murió un niño gazatí de 12 años.
Los combatientes palestinos destruyeron un túnel que atraviesa la frontera entre Gaza e Israel, y dispararon un misil antitanques contra un jeep del ejército israelí, hiriendo a dos soldados. En respuesta, Israel reanudó los bombardeos sobre Gaza, mientras los palestinos lanzaron cohetes contra las ciudades sureñas israelíes. En la última semana, cinco civiles palestinos (incluyendo tres niños) perdieron la vida, y más de 50 resultaron heridos.
Con la mediación de Egipto, ambas partes acordaron un cese del fuego el 12 de este mes, pero la tregua fue violada con el asesinato el miércoles de Jabari. «No aceptaremos una situación en la que ciudadanos israelíes son amenazados por el terror de los cohetes. Ningún país aceptaría esto. Israel no lo aceptará», explicó en una rueda de prensa el miércoles el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Israel ha bautizado esta ofensiva contra Gaza como «Operación Pilar de Defensa».
Netanyahu ha advertido que «si es necesario, el ejército de Israel está preparado para expandir la operación», sugiriendo que podría ordenar una invasión militar terrestre. Las fuerzas israelíes lanzaron panfletos sobre Gaza este jueves, aconsejando a los palestinos «responsabilizarse (de ellos mismos) y evitar estar cerca de combatientes e instalaciones de Hamás y de otras organizaciones terroristas que puedan suponer un riesgo para su seguridad».
La franja de Gaza, con 1,7 millones de habitantes en 365 kilómetros cuadrados, es uno de los lugares más densamente poblados del mundo. Los ataques israelíes «podrían llegar a cualquier parte, y toda Gaza podría estar amenazada. Según esos panfletos lanzados por Israel, no hay solo una zona específica amenazada. Todas las personas son vulnerables», señala Jaber Wichah, del Centro Palestino para los Derechos Humanos.
La ruptura del cese del fuego se asemeja a lo que ocurrió en 2008, cuando Israel lanzó una operación trasfronteriza contra combatientes palestinos en Gaza, provocando una respuesta de Hamás con cohetes contra las sureñas ciudades israelíes. Esto a su vez fue usado por Israel para justificar una ofensiva a gran escala llamada «Operación Plomo Fundido», que duró tres semanas y dejó más de 1.400 palestinos muertos, incluyendo al menos 300 niños. La operación fue condenada a nivel internacional.
Sin embargo, actualmente Israel se enfrenta a un contexto diferente. Los levantamientos populares de la Primavera Árabe en Medio Oriente y el norte de África han alterado la situación política regional. Egipto, ahora gobernado por Mohammad Morsi, de la Hermandad Musulmana, retiró el miércoles por la noche a su embajador de Israel en condena a los ataques. También hay dudas sobre los motivos políticos de fondo detrás de la ofensiva de Israel, inmersa en una campaña electoral.
El activista Adam Keller, portavoz del movimiento pacifista israelí Gush Shalom apunta que «es un hecho objetivo que (la operación) sirve muy bien a los propósitos de Netanyahu: desviar la atención y hacer que la agenda pública se concentre en asuntos militares y no sociales». Pocas horas después del estallido de la violencia el miércoles se produjeron una serie de manifestaciones en varias localidades. En Jerusalén, jóvenes palestinos gritaron: «Netanyahu, los gazatíes cavarán tu tumba».