Angela Merkel ha convencido a Nicolas Sarkozy de que hay que defender por encima de todo el papel que juega el BCE en este momento y evitar que intervenga de forma masiva en el mercado de deuda. De los eurobonos no quiere ni oir hablar.
La pelota queda sobre el tejado de la Comisión Europea que este miércoles planteaba la necesidad de que se crearan los eurobonos y enunciaba tres posibles formas de hacerlo. Una de ellas incluso sin modificar el Tratado de Lisboa, uno de los caballos de batalla de la canciller alemana.
Merkel ha aplaudido, sin embargo, la propuesta de la Comisión de examinar los presupuestos nacionales y adoptar sanciones en caso de incumplimiento. Pero ante la posibilidad de los eurobonos se ha remitido a su respuesta del miércoles, cuando calificaba la propuesta de «extraordinariamente inapropiada».
Le ha debido de resultar complicado poner a Sarkozy de su parte. En la rueda de prensa, el presidente francés afirmó que los acuerdos y las convergencias no son «algo espontáneo», para dejar claro que se había resistido a las tesis de Merkel, que por otra parte son las que esta ha mantenido siempre: hay que presionar para que las economías más débiles hagan los ajustes necesarios y sigan la disciplina fiscal que se resistirían a cumplir de otra manera.
«Trabajamos todos los días de manera conjunta para extraer las consecuencias de una crisis que es muy grave», ha dicho Sarkozy refiriéndose a los cambios en los Tratados.
En este sentido, Angela Merkel aseguró que Francia y Alemania «trabajan sobre la modificación de los Tratados» y añadió que «hay que coordinar más nuestras políticas si queremos una moneda estable».
El primer ministro italiano, Mario Monti, excomisario europeo de Competencia, ha afirmado que «hay que respetar las reglas» para que no se repitan los problemas del pasado. Ha asegurado que Italia quiere respetar el objetivo de equilibrio de las finanzas públicas para 2013.
Mario Monti, ha estado presente en el almuerzo de trabajo. Las tres principales economías de la eurozona se han reencontrado. Ha sido la ocasión para Italia de regresar a la mesa en la que se toman las decisiones.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha querido que la reunión adquiriera un tono simbólico. La minicumbre ha tenido lugar en la sede de la Prefectura del departamento del Bas-Rhin en Estrasburgo, construida cuando la ciudad pertenecía a Alemania. Fue también el sitio elegido por François Miterrand y Helmut Kohl para definir el acercamiento franco-alemán durante la construcción europea.