Los ministros de pesca de los veintisiete han estado de acuerdo con la comisaria de pesca Maria Damanaki, en endurecer las medidas contra el llamado «Finning». Una práctica por la que se amputan las aletas a los tiburones y se les arroja malheridos por la borda a una muerte segura. La carne de los tiburones no tiene salida en los mercados, al contrario que las aletas muy apreciadas en las mesas asiáticas y que alcanzan precios astronómicos. Por eso, se cortan las aletas en los buques para no cargar tanto peso.
En la Unión Europea está prohibida esta práctica desde 2003. Los tiburones se deben desembarcar enteros con su aleta. Lo único que está permitido es cortarla en parte para que se pueda doblar y almacenar mejor a los escualos. En determinadas circunstancias, de las que se benefician España y Portugal, la ley europea dice que se pueden desembarcar las aletas en un puerto y el cuerpo en otro. La nueva norma que promueve la Comisión Europea y a la que ha dado el visto bueno el Consejo, pone fin a estas excepciones, debe ser aprobada ahora por el Parlamento europeo.
La comisaria ha insistido en su negativa a que se mantengan las actuales ayudas al desguace de los buques más allá de 2013. España, Francia e Irlanda se han opuesto pero Damanaki no cede en este punto. Esas ayudas se han utilizado, en algunos casos, para aumentar la capacidad de las flotas.
En lo que sí ha suavizado algo su postura ha sido en la cuestión de los descartes. España, Francia, Italia e Irlanda han rechazado la aplicación de la medida de una forma «uniforme» para todas las especies y han pedido que se tenga en cuenta la realidad de cada país y cada pesquería. La comisión defiende una pesca más selectiva con ayudas de la UE que permitan cambiar las artes. De momento se estudiarán soluciones pesquería a pesquería.