Según informa Corriere de la Sera, el ayuntamiento de Forte dei Marmi, un pueblo de vacaciones de la costa toscana, ha aprobado por unanimidad la apertura de restaurantes en el centro de la localidad, que vayan en contra de la identidad del territorio.
Hace un año ya se prohibió la instalación de bancos, aseguradoras o agencias inmobiliarias, incluso de venta de productos que no respeten las tradiciones de la zona. Ahora se extiende la medida a establecimientos de comida y bebida.
«No es una medida xenófoba», dice el alcalde, Umberto Buratti «solo es vigilancia y valoración de las actividades de la zona». Su argumento es que no se puede permitir la apertura de tiendas y locales que no tienen nada que ver con la cultura del lugar. Nada de cadenas de hamburguesas o sushi take away. «Hay que incentivar la producción local», con medidas como un concurso de ideas para reactivar el mercado alimentario de Forte dei Marmi, donde encontrar cualquier actividad de artesanía tradicional.
El ayuntamiento completa así su cruzada contra los foráneos. Antes promovió también la construcción de casas para los vecinos de la zona, porque la mitad de sus viviendas son casas de veraneo compradas o alquiladas por familias de fuera.