El Kremlin ha anunciado en un comunicado que «Vladimir Putin ha firmado un decreto que otorga la ciudadanía rusa al francés Gerard Depardieu». La Constitución rusa da derecho al presidente a otorgar graciosamente la nacionalidad a los extranjeros.
No es algo que se haga con frecuencia, pero teniendo en cuenta que Depardieu ha trasladado su residencia a la localidad belga de Néchin adonde ha comprado una casa y que ha amenazado con devolver su pasaporte francés, Putin le brinda hospitalidad.
El primer ministro, Dimitri Medvedev, le había invitado a instalarse en Rusia con argumentos convincentes. Le aseguró que si quería instalarse en su país no corría peligro de que le aumentaran los impuestos, el de la renta es del 13 por ciento para todo el mundo. La concesión la han hecho teniendo en cuenta «la importante contribución de Depardieu a la cultura nacional y al cine».
El actor es muy popular en Rusia adonde va con frecuencia y donde aparece frecuentemente en anuncios publicitarios de la televisión. Por su parte Depardieu es un admirador declarado de la cultura rusa especialmente de Dostoievski. También de personajes controvertidos de la federación rusa, como el jefe de la República Chechena Ramzan Kadýrov junto al que participó, en la capital Grozny, el pasado octubre en las celebraciones oficiales durante las cuales gritó «¡Gloria a Chechenia, gloria a Kadýrov!».
El jefe checheno ha sido acusado en numerosas ocasiones por las organizaciones no gubernamentales de abusos contra los derechos humanos.
Este domingo, Depardieu aseguró que aunque el Consejo Constitucional francés haya decidido anular el impuesto del 75 por ciento a los más ricos no cambia su decisión de llevarse su dinero de Francia.