Nantes, de la que fue alcalde el actual primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, ya había sido designada como la «ciudad más agradable para vivir en Europa» por el Time Magazine en 2004. Es el resultado de los últimos 20 años, en los que la ciudad ha desarrollado sus transportes públicos y ordenado su centro para dejar más espacio peatonal y conseguir un desarrollo sostenible.
La recompensa y el reconocimiento a estos esfuerzos han sido el premio de la capital verde 2013 entregado por la Comisión Europea y por primera vez a una ciudad francesa. Después de Estocolmo (Suecia) en 2010, Hamburgo (Alemania) en 2011 y Vitoria-Gasteiz (España) en 2012, la llamada ciudad de los duques de Bretaña se ha convertido en un nuevo símbolo europeo para el medio ambiente.
Diecisiete ciudades habían presentado sus candidaturas y 5 quedaron finalistas: Barcelona (España), Malmö (Suecia), Núremberg (Alemania) y Reikiavik (Islandia). El pasado 29 de noviembre, Patrick Rimbert, Alcalde de Nantes y Gilles Retière, presidente de Nantes metrópoli (en referencia a los 24 municipios de la comunidad urbana) han recibido oficialmente el «Green book: European Green Capital» en una ceremonia que tuvo lugar en Bruselas.
El comisario Europeo para el medio ambiente, Janez Potočnik dijo al hacer entrega del galardón : «este premio es una gran responsabilidad para la ciudad pues recompensa una conducta medioambiental virtuosa en particular en el campo de los transportes, de la biodiversidad, de los espacios verdes y del agua».
Se trata de incitar a otras ciudades a que sigan el ejemplo de Nantes. A ese respecto, Patrick Rimbert, ha añadido: «es posible ser optimista en lugar de tener una actitud pasiva, podemos actuar y progresar juntos, tener confianza en el progreso y en un futuro común».
Más allá del ejemplo que Nantes debe dar ahora a los demás países de la Unión europea, este premio representa una estupenda oportunidad para su desarrollo económico y para la proyección de la ciudad en Francia y en Europa.
¿Qué es el premio de la capital verde?
Cada año desde 2010, la Comisión Europea entrega este premio que recompensa a una ciudad de más de 200.000 habitantes, comprometida de manera ejemplar con un desarrollo urbano respetuoso con el medio ambiente. El jurado está compuesto por representantes de la Comisión Europea, de la Agencia Europea para el medio ambiente, del Consejo Internacional para las iniciativas ecológicas locales, de la federación europea para el transporte y el medio ambiente, de la unión de las capitales europeas y del comité de las regiones.
La evaluación se basa en criterios medioambientales y de calidad de vida. Las ciudades que optan al premio, deben demostrar que tienen un aire limpio, buenos medios de transporte, espacios verdes, que hacen una buena utilización de los suelos, cuidado de la biodiversidad, escasa contaminación sonora, gestión de residuos adecuada, medidas para la conservación del agua, altos índices de reciclaje y una gestión medioambiental eficiente.
Además, las ciudades deben tener planes ambiciosos sobre todo a nivel de la ordenación del territorio para mejorar el medio ambiente y favorecer el desarrollo sostenible. El premio reconoce la voluntad y la capacidad de la ciudad para minimizar su impacto en el medio ambiente e implementar medidas innovadoras y eficaces para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
La ciudad designada debe compartir su experiencia, comunicar sus objetivos y sus resultados. A ese respecto, el comisario europeo para el medio ambiente Janez Potočnik apunta que: «Es en las ciudades donde la mayor parte de los ciudadanos europeos pueden ver aplicada la política de medio ambiente. El premio de la capital verde destaca la clase de compromisos y de innovaciones urbanas que permitirán la prosperidad futura de las ciudades».
De hecho, no se puede negar que Nantes se lo merece. La ciudad lleva 20 años comprometida con la mejora del medio ambiente y sensibiliza a sus habitantes para que apoyen este proyecto. Su acción se nota en sus políticas públicas y en las diferentes acciones tales como: alquiler de bicicletas, transporte compartido, recogida selectiva, huella de carbono, plan de gestión de la calidad del aire...
Nantes Metrópoli adoptó un Plan Clima en 2007 cuyo objetivo es reducir en un 30 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2020 y de un 50% para 2025. A esto se añade la Agenda 21 que desde 2006 sirve para dirigir la gestión medioambiental de la comunidad.
Uno de los puntos fuertes de Nantes es su política de transportes públicos. Ha sido la primera ciudad francesa en reintroducir los tranvías eléctricos en 1985. Hoy día la comunidad tiene la red de tranvía más larga de Francia con 42 kilómetros. Que se completa con dos barcos-bus (Navibus), una línea de «bus-tranvia» (Busway) y 59 lineas de autobuses.
Además, la comisión ha valorado la preservación de la naturaleza. Nantes ha conseguido implementar un programa eficaz y duradero de gestión del agua, mejorando su sistema de drenaje y reduciendo las algas en el río Erdre.
No cabe duda que una de las características de Nantes es la abundancia de sus recursos hídricos con el río Loire que constituye su principal fuente de agua potable. La ciudad se ha asegurado otro recurso con el rio Erdre y ha modernizado sus redes de distribución de agua.
En cuanto a espacios verdes cuenta con 3366 hectáreas y desde 2006 ha plantado tres selvas urbanas que cubrirán una superficie de 800 hectáreas para 2016. Nantes favorece también una agricultura de proximidad con un 60 % de espacios agrícolas y naturales protegidos.
Otro elemento importante que anotar es la política de densificación urbana llevada por Nantes Metrópoli para limitar el uso del espacio y moderar el esparcimiento urbano gracia a una utilización duradera de los suelos.
El comisario Janez Potocnik, ha advertido a los países de la UE sobre un «desarrollo incontrolado de las ciudades». Ha apuntado que en Europa «cuatro de cada cinco habitantes viven en ciudades». Según las estimaciones de las Naciones Unidas, cerca de 557 millones de europeos vivirán en ciudades en 2050.
Por ello, es imprescindible anticiparse a los problemas en particular en el campo de los recursos y de las infraestructuras. En este sentido, el premio incita a actuar, a reflexionar, a tener una visión sostenible de nuestro futuro común y de las generaciones futuras.
Sin embargo no se puede obviar que esta responsabilidad europea le toca en un contexto político y social agitado. El estado francés está metido en una controversia en torno al proyecto del aeropuerto en Notre-Dame-des-Landes, cerca de Nantes. Francia lleva muchas semanas con manifestaciones y enfrentamientos entre los oponentes con las fuerzas del orden.
De hecho, circula una petición en las redes sociales, que dice: «No, Nantes no puede ser la capital verde de Europa en 2013» con el fin de que la ciudad pierda su titulo recién ganado. Esta petición ha recogido ya cerca de 1800 firmas.
El proyecto del aeropuerto que debe remplazar al actual Nantes-Atlantico, tiene como principal defensor al ex alcalde de Nantes y ahora primer ministro francés Jean-Marc Ayrault mientras que los ecologistas están en contra del proyecto previsto para 2017. El coste previsto será de 550 millones de euros. Un barco lleno de árboles y plantasUn barco lleno de árboles y plantas