Colectivos de todas las comunidades autónomas han llegado a Madrid en 2.000 autobuses, según los convocantes, y organizados en «mareas». Verde, para los trabajadores de Educación; blanca, para Sanidad; naranja, para Servicios Sociales; negra, para funcionarios; violeta, para las mujeres. Todos rechazan los recortes aplicados por el gobierno de Rajoy. La Cumbre Social acusa al ejecutivo de causar una fractura social sin precedentes y cuestiona su legitimidad por haber tomado medidas que no formaron parte de su programa electoral. Dicen que es «un auténtico fraude democrático».
Las distintas marchas que han recorrido las calles de la capital han confluido en la Plaza de Colón, donde los líderes sindicales han llamado a la movilización social y han pedido un referéndum sobre las políticas para combatir la crisis. «Es mentira que no haya más salidas», aseguran los sindicatos.
«Nunca en este país en tan poco tiempo y con tanta soberbia y con tantas malas artes se ha hecho tanto daño», ha dicho el secretario general de UGT, Cándido Méndez, quien ha hablado de «incompetencia» del gobierno. «Se pretende conscientemente aprovechar la crisis para provocar una involución social y política sin precedentes en Europa y en España», ha añadido el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.
Méndez ha puesto como ejemplo la reforma laboral, «con la que sigue aumentando el paro, ha caído la contratación y han aumentado los expedientes de regulación de empleo en un 88%. Entérese, señor Rajoy».
Los dos sindicatos han exigido el fin de los recortes y una consulta popular para que los españoles se pronuncien sobre las medidas a aplicar: «Es el tiempo de devolver la palabra a la ciudadanía». UGT y CCOO han vuelto a plantear la posibilidad de convocar una huelga general: «La llave la tiene el presidente del gobierno», han advertido.
Las protestas han coincidido con las reuniones de los ministros de Finanzas de la eurozona y de los 27, en las que el gobierno español se ha comprometido a realizar los ajustes que sean necesarios para alcanzar el objetivo de reducción del déficit público. Este sábado, tras la reunión, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha mostrado su respeto por los asistentes a las manifestaciones. Ha dicho que el ejecutivo es consciente de que está pidiendo sacrificios, pero que son «ineludibles» en un entorno difícil. A juicio de De Guindos, «estamos poniendo las bases para la recuperación. Es la mayor garantía para las prestaciones sociales».