El cártel duró tres años y su objetivo era estabilizar las posiciones en el mercado y fijar los precios, algo que va en contra de la legislación antimonopolio de la UE y del Espacio Económico Europeo ya que implica una posición dominante.
Las multinacionales multadas son las dueñas de las marcas Ariel, Dash, Omo, Dixan, Perlan, Micolor, Vernel o Wip Express, entre otras.
De las tres empresas solo dos pagarán la multa que tiene una rebaja del 10% por haber reconocido su participación y haber facilitado los trámites, la tercera confesó en 2008 a la CE y no pagará. El acuerdo de las empresas, las más importantes en el campo de detergente en polvo para lavadoras, comenzó con unas conversaciones para mejorar las características ecológicas de los detergentes. Eso no tenía nada que ver con concluir fijando precios ni otras prácticas contra la competencia.
Para determinar la multa se ha tenido en cuenta las ventas de las empresas en los ocho países europeos afectados, la extrema gravedad de la infracción y la elevada cuota de mercado que han conseguido.