El doctor Denis Muckwege, responsable del hospital Panzi, ha regresado al Parlamento Europeo para recordar el drama que vive su país. Invitado por la subcomisión parlamentaria de Derechos Humanos, Denis Mukwege, ha alertado a Europa sobre las barbaries que se siguen cometiendo en su país, donde la inestabilidad, la injusticia y la violación de mujeres y múltiples derechos son una realidad cotidiana para la población.
Mukwege ha expuesto la realidad que vive su país. «Pese a que se han reducido las violaciones, en nuestro hospital, todavía hemos registrado la cifra de 1.600 mujeres violadas. A esta realidad no escapan los niños, ni siquiera los bebés, que son violados brutalmente y necesitan de tratamientos quirúrgicos importantes. De hecho, entre los 35 menores que hemos atendido había un bebé de 15 meses que desgraciadamente murió».
El médico reclama desde el Parlamento Europeo a las instituciones de su país que se impliquen y condenen a los responsables de estos crímenes. «El Congo tiene que plantar cara a las violaciones cometidas por verdugos/víctimas», aclarando que bajo esta aparente contradicción se esconden adolescentes y adultos que «desde los 12 años han sido adoctrinados y obligados a cometer barbaries que ahora arrastran a modo de gravísimos problemas mentales que les llevan a cometer más barbaries».
Mukwege ha insistido en que su obligación es continuar. «Desde que el Parlamento Europeo me concedió el Premio Sájarov, he recibido constantes amenazas telefónicas y por correo para que calle y no continúe. Nos han puesto trabas administrativas de todo tipo e incluso nos han reclamado el pago de 650.000 euros en concepto de impuestos para que cerremos el centro», ha señalado a la vez que ha descrito el contexto actual de calma tensa.
«El Premio ha generado una gran presión que ha contenido a las autoridades, que junto con la seguridad que nos proporciona la MONUSCO (Misión de las Naciones Unidas en el Congo) y la UE en los alrededores del hospital, han traído una situación de cierta calma volátil que nos obliga a estar vigilantes en todo momento».
Tras escuchar al médico, los eurodiputados han mostrado su preocupación por la persistencia de las amenazas al ginecólogo y le han mostrado su apoyo.
Elena Valenciano (S&D, ES), presidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos, ha agradecido su presencia y su valentía «por denunciar lo que está ocurriendo en el país». También se ha mostrado crítica porque «nadie de la embajada de la R.D. del Congo se ha presentado en la Eurocámara, pese a estar invitados por ser este un tema de especial relevancia para su país».
Teresa Jiménez Becerril (PPE, ES) ha mostrado su «admiración por la labor que hace el doctor por las mujeres del Congo» y ha aprovechado para «reconocer el papel de las ONG, algunas de ellas españolas, por velar en el terreno por los derechos de los niños y las mujeres».
Beatriz Becerra (ALDE, ES) ha manifestado que «Mukwege es la mejor representación pública que puede tener el Premio Sájarov» y se ha felicitado porque «Europa está activamente implicada en la seguridad del doctor y su centro». Por último, ha preguntado por el protagonismo de las mujeres en el periodo preelectoral por el que pasa el país, y se ha interesado por su papel como votantes y candidatas.
Mukwege ha respondido que «no solo debemos reparar las heridas físicas de las mujeres, sino que además debemos cuidar otras cuestiones como la dignidad, el respeto y la igualdad en la vida pública. La constitución establece que el peso de la mujer en los órganos de poder debe ser del 50%, aunque la realidad es del 8% y ellas solo piden un 30%. No pueden renunciar a sus derechos constitucionales, pero están desesperadas».
Preguntado por varios eurodiputados por la situación política en su país, Mukwege ha respondido que «en la R.D. del Congo se vive una situación de intimidación a la población. Cuando los ciudadanos protestan la respuesta es una represión desproporcionada. Así ha pasado con una de las últimas manifestaciones en Kinshasa en la que según el gobierno murieron 25 personas, mientras que las ONG elevan el número de víctimas a 45». Por ello pide que la comunidad internacional no les abandone porque serían 10 años de misión internacional perdidos y porque «ellos quieren operar sin testigos, lo que puede convertirse en una situación dramática para el país».
Por último, Mukwege se ha mostrado agradecido por el apoyo demostrado por la Eurocámara que, «junto al Senado estadounidense y otros muchos Parlamentos, salvo el de mi país, me han recibido para reivindicar que los derechos humanos son universales», ha concluido.