En Europa fue el artífice de edificios como la sede del Partido Comunista Francés (París), la Casa de la Cultura (Le Havre, Francia), el edificio de la editorial Mondadori (Milán), la Fundación Luso-Brasileña para el Desarrollo del Mundo de la Lengua Portuguesa (Lisboa), o el Centro Cultural Internacional en Avilés (España).
Su militancia comunista le dificultó realizar proyectos durante la dictadura militar brasileña y en 1965 viaja a Francia y un año después se exilia en Europa. París fue la ciudad que escogió para vivir. A partir de entonces comienza a recibir encargos, que le dan reconocimiento mundial. A finales de los 80 Niemeyer vuelve a su país, donde realiza algunas de las obras más importantes de Brasilia, la nueva capital del país.
Recibió numerosos premios como el Pritzker de Arquitectura (1988); el Juliot Curie (1965), o el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1989), el Premio Konex Mercosur, al mejor arquitecto de la década (2002).
En Europa también ha inaugurado algunas de sus últimas obras como el Auditorio que lleva su nombre en Ravello (Italia), en 2009. En España, coincidiendo con la celebración del 25 aniversario de los Premios Principe de Asturias diseñó el mayor de sus proyectos en el continente, el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer. Se inauguró en 2011 y el arquitecto lo describió como «una gran plaza abierta a todos los hombres y mujeres del mundo».
«De la sinuosidad de la curva, Niemeyer diseñó casas, palacios y ciudades. De las injusticias del mundo, él soñó una sociedad igualitaria», ha dicho la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.